Paco Natera El derbi de Sa Creu se lo llevó el Ibiza. Un gol de Cirio en el minuto 67 fue suficiente para que el conjunto de Can Misses sumara tres puntos importantes para no perder comba en la parte alta de la tabla después de la derrota de la jornada pasada. Los unionistas recuperan sensaciones ante un San Rafael peleón, pero sin suficiente pegada.

V. R/noudiari.es Un derbi es un derbi y suele llevar implícito una serie de condicionantes que no siempre dejan ver el buen juego que son capaces de desplegar los protagonistas. Algo así ha ocurrido en el gris partido disputado entre San Rafael e Ibiza en sa Creu y que se han llevado los segundos por pegada, por nada más, 0-1.

La precipitación ha sido la constante de un primer tiempo errático y en el que las ocasiones han llegado en cuentagotas. Los de Vila no han justificado ni de lejos las diferencias presupuestarias que existen entre unos y otros y los de casa les han mantenido a raya a base de brega.

El Ibiza, un equipo y un club sumido en el hermetismo, tiene el fútbol como único nexo de unión con la afición, y si en el terreno de juego no brilla no conseguirá enganchar a la hinchada, uno de sus objetivos. Tiene buenos futbolistas en todas sus líneas, pero le falta personalidad como grupo. Por esto el San Rafael le maniató en los primeros 45 minutos, que acabaron sin goles.

Tras el descanso, los visitantes le echaron un poco más testosterona desde la zona ancha en adelante. Presionaron arriba al San Rafael y empezaron a recuperar balones con mucha frecuencia en áreas de peligro para su rival. Solo faltaba culminarlas.

Gol
Justamente cuando parecía que las energías empezaban a menguar y que el equipo de sa Creu había logrado sacudirse la angustia, el San Rafael recibió el único tanto que subiría al marcador. Un balón a la espalda de los centrales fue perfectamente recogido por Cirio en el balcón del área. El delantero se adentró en el área, superó a su defensor y cruzó, escorado, a la derecha del meta para poner el 0 a 1 en el luminoso cuando corría el minuto 67.

Había ambiente en el campo, con unas 700 personas en la grada, y el público quería más. El de casa pedía el empate y el de fuera, la sentencia. El San Rafael lo intentó todo para tratar de empatar, de salvar al menos un punto. Gady abandonó el eje de la defensa para sumarse al ataque y pelear por uno de los muchos balones que el equipo de Vicente Román bombeó al área como último recurso para empatar.

Se defendió bien el Ibiza, que tiene en Verdú una roca infranqueable. El zaguero parecía multiplicarse. Aparecía siempre donde se le necesitaba para desbaratar una tras otra las llegadas de un San Rafael que acabó inclinando el campo hacia la meta ajena. No encontró recompensa por varias razones, primero por las prisas y después por falta de chispa en los flancos, desde donde nacieron muy pocos centros precisos que poder rematar.

Al final, el Ibiza se llevó el premio de la victoria y los tres puntos por su superioridad en la punta del ataque. Por todo lo demás, las cualidades diferencial entre unos y otros fueron imperceptibles. El gol manda y decide partidos y campeonatos y en el cuadro de Vila hay excedente.

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