Era, seguramente, la principal reivindicación de todo el mundo del fútbol ibicenco. Y era, también, el más importante dolor de cabeza para los dirigentes de una Unión Deportiva Ibiza que siempre, desde el primer día, sueña en grande. Y ahora, por fin, tomará forma, si nada extraño hace torcerse este proyecto faraónico en las próximas semanas. Amadeo Salvo tendrá por fin el estadio que quería. El estadio que necesita para tirar abajo la puerta del fútbol profesional. La Liga Smartbank espera. Y lo hará donde nadie podía imaginar. En el centro neurálgico y geográfico de la isla. En Santa Gertrudis.

Hace ya mucho tiempo que la eventual construcción de un estadio adecuado a las necesidades y exigencias del fútbol profesional era la comidilla de cualquier reunión futbolística isleña. La buena marcha de la UD Ibiza esta temporada (también la de la Peña Deportiva, aunque en este caso el objetivo nunca ha sido el ascenso) hacía plantearse irremediablemente una pregunta: ¿qué pasaría si el equipo asciende? ¿Dónde jugaría en Segunda División? Pues bien, ahora ya tenemos la respuesta. El flamante nuevo estadio, que parece superar cualquier expectativa, estará en la parroquia de Santa Gertrudis de Fruitera, pero algo alejado del núcleo urbano, tan de moda entre residentes y turistas. Exactamente, ocupará unos terrenos de titularidad insular situados justo al lado de las instalaciones de la Inspección Técnica de Vehículos, en la intersección entre las carreteras PM-812-2 y PM-804. Esa parcela, propiedad del Consell de Ibiza, estaba sin uso al ser terreno “sobrante” no utilizado por la ITV. Allí, en unas aproximadamente 4,5 hectáreas, se alzará el nuevo estadio de la UD Ibiza.

El coliseo ibicenco, de titularidad pública, será, en principio, de usufructo exclusivo para el primer equipo de la Unión Deportiva Ibiza, siempre y cuando el conjunto azul ascienda al fútbol profesional. De lo contrario, y en caso de coincidencia en la misma categoría de varios conjuntos ibicencos, aún está por esclarecer qué equipos tendrían el privilegio de jugar en él. Varias han sido las reuniones mantenidas en las últimas semanas a tres bandas. Amadeo Salvo, su hermano Lalo y el director deportivo Fernando Soriano, por un lado; el presidente del Consell Vicent Marí y el Conseller d’Esports Salvador Losa, por otro; y la alcaldesa de Santa Eulària Carmen Ferrer, a su vez también máxima encargada del área de urbanismo del municipio. En principio, como se había filtrado ya en algunos foros, la idea del club era construir una ciudad deportiva en Sant Rafel y reformar casi completamente el estadio de Can Misses, hasta hacerlo viable para el fútbol de élite. Finalmente, tras muchas idas y venidas, esa idea se acabó desestimando y se llegó a la conclusión de que era mejor crear un nuevo templo. Y, tras dejar de lado la idea rafalera por desaveniencias con el consistorio portmanyí, apareció casi in extremis la opcinón del Consell y sus terrenos en Santa Gertrudis.

La idea primigenia, a falta de algún retoque, es levantar un estadio con capacidad para unas 17.000 personas, todas protegidas bajo techo. Lógicamente, se implantaría césped natural, obligatorio para la Segunda División y también, desde este año, para la Copa del Rey (aunque se hagan excepciones obligadas en algún caso, como en el último Peña Deportiva – Ponferradina disputado en el Municipal de Santa Eulària). El proyecto está tan avanzado que incluso se da por cerrada ya la contratación del prestigioso estudio Reid Fenwick Asociados y Gasulla Arquitectura y Gestión, encargados ni más ni menos de la construcción del RCDE Stadium, el estadio del Espanyol en Cornellà de Llobregat que tantos elogios ha cosechado desde su inauguración en 2009, y que incluso se alzó con el galardónStadium Business Award al mejor estadio del mundo en 2010. El objetivo será crear un estadio categoría 4 de la UEFA, la máxima distinción del organismo continental, aunque, eso sí, no podría albergar finales de competición europea o encuentros de una eventual Eurocopa de naciones o un Mundial por su limitado aforo.

Otro de los puntos estrella del proyecto será su condición de estadio sostenible. En la línea de actuación del club (recordemos el convenio firmado recientemente con la Ibiza Preservation Fundation), el estadio ibicenco será uno de los primeros campos de Europa en la utilización de energía limpia. Este hecho generará un ahorro energético, utilizando tecnología innovadora para reducir y rentabilizar los consumos de agua electricidad. En concreto, se basará en la energía solar, tanto para el autoabastecimiento como para la donación de los excedentes energéticos no consumidos. Para ello, sobre la cubierta se alojarán centenares de placas fotovoltaicas.El club calcula una generación de energía por valor de 600 000 euros al año por la explotación de las placas fotovoltaicas, una vez se haya rentabilizado el elevado coste de construcción.

Una de las grandes preguntas que se hará todo aficionado es…¿como se llamará el nuevo estadio? Pues todo apunta a que su denominación oficial combinará la tradición toponímica de la isla con la proyección internacional y la perspectiva económica de los llamados “naming rights”. El nombre que se baraja ahora mismo como más viable es el de Fruitera Arena. Además, se le incluiría el patrocinio de la empresa propiedad del presidente de la UD Ibiza, para llamarse, en un principio, Power Electronics Fruitera Arena. Eso sí, a la larga, se intentará sustituir la empresa valenciana de Amadeo Salvo por un sponsor que deje un buen pico en las arcas del club. Hay quien apunta a MacDonalds, ya patrocinador del club en los equipajes de entrenamiento de las categorías inferiores de la UD, pero eso aún está en el aire.

Si nada cambia, la primera piedra del estadio se colocará el próximo mes de Junio. La intención es que antes de final de año o principios de 2021 esté listo. Si la UD Ibiza ascendiera este mismo año, los dirigentes del club celeste tienen la firme intención de llevar al equipo a Valencia a disputar sus encuentros como local en Mestalla, hasta que el flamante Fruitera Arena esté en pie. El club pondría facilidades a toda la afición que quisiera desplazarse a la ciudad del Túria a ver in situ a su equipo debutar en Segunda.

El actual estadio de Can Misses, que cuenta actualmente, recordemos, con un césped artificial de última generación que el propio Amadeo Salvo sufragó de su propio bolsillo, quedaría para uso prácticamente exclusivo del CD Ibiza, que vería el monte abierto para afrontar sin ambages el salto a Segunda B. Ahora está por ver qué opinan en Santa Eulària, donde la Peña Deportiva viene reclamando insistentemente la construcción de un nuevo estadio, y, efectivamente, se va a levantar un nuevo rectángulo en su municipio, pero no precisamente de la forma que ellos deseaban.

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