De haber ganado, el Ibiza se hubiera marchado de vacaciones posiblemente 7° en la clasificación. De haber ganado, la UD miraría ahora de cerquita la zona de play-off. De haber ganado, los de Palop se comerían los turrones con un excepcional 10 de 12 puntos en el zurrón en los últimos cuatro partidos. De haber ganado, todo serían sonrisas en Navidad. De haber ganado…

Pero no se ganó. El Ibiza no pudo con el colista de la Liga, un Atlético Malagueño que no acaba de hacerlo tan mal de medio campo para adelante, con futbolistas de nivel alto como Hicham, pero que también muestra sus flaquezas defensivas en cuanto le buscan algo las cosquillas. Y como no se ganó, la UD se va de vacaciones 9°, lejos del play-off y con el regusto agridulce del que sabe que perfectamente podía haberse llevado los tres puntos del campo de la Federación Malagueña de Fútbol.

Palop salió con el once esperado. Esto es, Lucas de nuevo en la portería (Álex no estaba convocado, en lo que parece la crónica de un adiós anunciado), Grima en lugar de Fobi y de nuevo Javi Garcia en el extremo izquierdo, ocupando el lugar habitual de Sergio Cirio. Los demás, los mismos que ganaron al Almeria B sobre la bocina en la jornada anterior. La apuesta estuvo a punto de empezar a funcionar pronto, pues con tan sólo 30 segundos disputados, Rodado envió contra el cuerpo del portero un mano a mano tras un error defensivo local. El propio Rodado se resarció un cuarto de hora después, al avanzar a los suyos con un disparo a la escuadra del meta malaguista. Los celestes (esta vez de rojo) recordaban a ese equipo bravo que se llevó la victoria con holgura de Granada o Talavera.

Un día más, el doble pivote Iosu – Miguel Núñez rayó a un buen nivel y contuvo las acometidas de un Málaga B impetuoso hasta dónde le alcanza el talento. De todos modos el premio al mejor atrás esta vez fue para Gonzalo; inconmensurable el trabajo del central, por alto y por bajo. Pero el partido se pareció demasiado a esos días en los que a la UD no le llegan pero tampoco llega. De hecho, en el primer tiempo tan sólo se contabilizaron dos ocasiones de gol, las ya relatadas de Rodado.

La cosa pintaba bien pero pasó lo que todo míster tiene por pesadilla: el Malagueño empató nada más saltar al verde, con un buen tanto de Hicham y tocaba volver a empezar. A partir de ahí, el partido se desarrolló sin un dominador claro, con llegadas al área de ambos conjuntos pero sin ese “duende” tan andaluz para acabar esas ocasiones en gol. Palop removió el equipo con las sucesivas entradas de Armenteros (muy discreto en los 25 minutos que disputó), Herrera y Germán, pero no encontró la tecla.

En el palco (si se le puede llamar así a la caseta donde ubicaron a los VIPS), Amadeo Salvo miraba el partido con una cara poco navideña. A su lado, el flamante nuevo director deportivo del club, Fernando Soriano, desplazado a Málaga para comprobar de primera mano por dónde flojea el equipo.

A nadie se le escapa que los Reyes Magos y Papá Noel tendrán trabajo por la calle Campanitx. Sin ir más lejos, la defenestración de Álex hace muy probable la llegada de un guardameta (¿Javi Varas?). Lo demás ya son todo incógnitas. ¿Aterrizará un central? ¿Un lateral derecho que deje en la cuneta a Grima y Fobi? ¿Sería bienvenido un medio centro que permita a Núñez volver a su posición natural? ¿Traerá la doble S (Salvo-Soriano) fichajes TOP para las bandas ofensivas? ¿Se confía en la explosión de Borriello o vendrá un delantero centro de kilates? Para despejar todas esas incógnitas, habrá que esperar a que diciembre acabe y enero avance.

De todas maneras, el primer objetivo de esta mitad de liga parece conseguido, y el descenso ya no se vislumbra como una amenaza, lejos, bastante lejos de la novena posición que ocupa la UD. El otro gran objetivo sigue siendo un sueño. El sueño de alcanzar un play-off que no parece imposible, pero que, eso si, pasará por ganar encuentros como de Málaga.

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