Sí. Suena extraño, exagerado, utópico. La realidad manda y, a día de hoy, dicta que, más allá del glamour de la visita copera del Celta, el rival liguero más cercano que se vislumbra en el horizonte de la UD Ibiza es el Villarreal B. Y la próxima salida, a La Nucía. Pero un giro en los acontecimientos a medio plazo puede cambiar la visita del filial amarillo por la del Bayern. Y el Camilo Cano de La Nucía por Stamford Bridge.

Fue hace unas semanas cuando Josep Maria Bartomeu hizo saltar las alarmas en las redacciones deportivas con su anuncio in extremis, justo antes de abandonar la nave bluagrana, de que el Barcelona había ya apuntalado su participación en una futura Superliga Europea. Es un secreto a voces desde hace muchos años el deseo de los gigantes europeos de montar su propia competición, al margen de la UEFA, pero hasta la fecha nadie lo había hecho público abiertamente. Por apuntarse un último tanto antes de su defunción como mandatario, Barto hizo temblar los cimientos del fútbol.

Pero lo que a priori significaría una estocada casi mortal para el fútbol modesto, podría ser la mejor oportunidad para una UD Ibiza que apunta arriba, muy arriba. Según ha podido saber Fútbol Pitiuso, Amadeo Salvo y su directiva llevan tiempo trabajando en poder ingresar en esa élite continental y disputar la futura Superliga Europea.

La nueva competición, que sustituiría a la actual Champions League, es un viejo sueño de los grandes mandamases europeos. Además de Bartomeu, Florentino Pérez, Andrea Agnelli, magnate del motor y presidente de la Juventus, o los dueños estadounidenses del Liverpool y del Manchester United no ocultan sus preferencias a favor de esta súper competición que, por un lado, aseguraría su presencia año tras año independientemente de su rendimiento, y, por otro, supondría, o eso aseguran, muchísimos más ingresos.

Pero… ¿qué pinta el Ibiza en todo esto? Sencillo. Un primer boceto de Superliga plantea una competición semicerrada de 20 clubes. 14 de ellos aparecen en todas las especulaciones y tendrían plaza fija, en principio, sin fecha de caducidad, en calidad de propulsores y organizadores. A saber: FC Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid, de España; el “big six”, o los seis grandes de la Premier League: Arsenal, Chelsea, Manchester United, Manchester City, Tottenham y Liverpool; los tres gigantes italianos: Juventus, Inter y Milan, el sempiterno Bayern y el nuevo rico por excelencia, el PSG.

A partir de aquí, las cabezas pensantes de esta Superliga se plantean repartir 4 plazas más de entre los “outsiders” del continente, por las que habría bofetadas.  Borussia Dortmund, Sevilla, Valencia, Olympique de Lyon, Mónaco, Ajax, Benfica, Porto, Zenit, CSKA, Shaktar Donetsk, Dynamo de Kyev… Todos ellos librarán una dura batalla en los despachos por ganarse el puesto entre los mejores. Pero 14 y 4 suman 18. ¿Y los otros dos?

Es aquí cuando aparecen las opciones, serias, de la UD Ibiza. La Superliga se reservaría dos cupos para invitaciones, wild cards otorgadas a dedo siempre buscando la viabilidad y la máxima expansión económica de la nueva competición. Y la “marca” Ibiza no ha pasado desapercibida a nadie. Está claro que incluir Ibiza como parada de ese nuevo gran circo a nadie parece atragantársele.

El G14, que trabaja en la sombra (y no tan en la sombra) en la puesta en marcha de la Superliga, ve con buenos ojos la irrupción de la UD en el panorama futbolístico. Amadeo Salvo ha mantenido reuniones a dicho respecto con Florentino Pérez, Joan Laporta, al que el valenciano ve como futuro presidente del Barça, y Enrique Cerezo, su homólogo en el Atlético de Madrid. A todos les ha persuadido el proyecto del Ibiza y ambos habrían dado su palabra a los Salvo de apoyar la candidatura ibicenca.

Eso sí, hay dos condiciones innegociables que el Ibiza debería cumplir. La primera, ascender a Primera División antes de 2024, fecha límite con la que trabajan para aprobar y definir el torneo, con la intención de estrenarlo la temporada 2024-25. Los pergeñadores de la Superliga necesitan al Ibiza en la Liga Santander para no saltarse ninguna barrera ética insalvable e incluso no incurrir en posibles irregularidades judiciales.

La otra condición es, claro, el estadio. Can Misses sería remodelado para alcanzar un mínimo de 30.000 espectadores, además de acondicionarlo para la máxima competición mundial de fútbol. El ayuntamiento de Vila, con Rafel Ruiz a la cabeza, está al día de las intenciones de la UD Ibiza y ha mostrado su apoyo a la participación en la Superliga, a sabiendas del fuerte impacto positivo que tendría en la ciudad y en la isla.

El Ibiza tendrá que pelear por una de esas dos invitaciones con otros proyectos al alza del fútbol internacional. Los dos hijos europeos de la franquicia Red Bull, el Salzburgo y el Leipzig, el Istanbul Basaksehir (club al amparo del presidente turco Erdogan), o incluso clubes de Qatar y de los Emiratos Árabes también se postularán para formar parte del selecto club que inaugure la Superliga. Ahora mismo la candidatura del Ibiza va en cabeza y tiene muchos números de prosperar. La excelente relación del exfutbolista Marco Borriello con Andrea Agneli ha ayudado.

Desde el club de Vila, de momento, se mantendrá el hermetismo total sobre este asunto. No quieren que el futuro europeo del club nuble el presente. Además, Amadeo Salvo confía que el estreno mundial de Club Ibiza. The Sessions, documental producido por Dazn sobre el club y su proyección internacional (en España se estrena hoy) colabore a dar a conocer todavía más el club. Los aficionados de todo el continente deben ir acostumbrándose a oír su nombre.

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