La grada de Can Misses gritó “musho Betis” (para tocar la fibra a los jugadores sevillistas) pero lo que de verdad debió gritar es “musho Ibiza”. Porque ésta UD va a más, responde cada día mejor y empieza a apuntar su fusil hacia los puestos de play-off de ascenso. La victoria contra el filial del club de Nervión supone un pasito más, unas cuantas gotas más para ese vaso que la parroquia sky blue empieza a ver medio lleno.

Viendo los últimos compromisos del equipo, ahora cuesta recordar los tempestuosos inicios de temporada. El Sevilla Atlético como rival nos trajo a la mente la primera jornada, aquella que ahora mismo nos parece el pleistoceno. Allí actuaban, por ejemplo, Álex en portería, Candelas en el extremo izquierdo, aún no habíamos descubierto el pedazo de medio centro que es Miguel Núñez y los dos hombres más adelantados eran Cristian Herrera y Germán Sáenz. El equipo ganó aquel día, sí, pero no fue más que un espejismo que se diluiría con el paso de las jornadas, merced a un equipo gris, triste, que era incapaz de disparar a portería durante varios partidos seguidos, y que dio con Ñoño Méndez en la calle tras cinco jornadas. Ahora, como decimos, eso parece la prehistoria. Ahora el equipo, con los mismos futbolistas (sin ir más lejos, esta jornada eran baja los dos fichajes mediáticos posteriores, Borriello y Armenteros), parece otro.

Ahora, el Ibiza es un equipo mucho más protagonista, más ofensivo y, sobretodo, con mucha más autoestima. Cree en lo que hace, con una convicción admirable. Ese es quizá el gran mérito de un Andrés Palop que ha encontrado la tecla. También el de saber remover el equipo cuando las circunstancias lo requieren. Un ejemplo: ante la presencia del potentísimo Chris Ramos en banda derecha del ataque del Sevilla, Palop optó por retrasar a Javi García al lateral izquierdo en detrimento de Candelas, una decisión que se demostró acertada. El exfutbolista del Círculo de Brujas, de la primera división de Bélgica, dijo en zona mixta que le había parado “con la ayuda de los compañeros”. Todos a una, como en Fuenteovejuna. Además, Javi García no sólo cuajó un gran partido en defensa, sino que participó en los dos goles azules de manera directa.

Otro retoque táctico fue el de situar a Cirio por el centro, justo por detrás de Ángel Rodado, y hacer caer a banda izquierda a Chavero. Palop explicó ante los micros que así “protegía a Cirio de un mayor esfuerzo físico y una mayor exigencia tras salir de su lesión”. Una decisión que también funcionó, pues la conexión entre los dos virtuosos dio sus frutos.

Mención aparte merecen también dos futbolistas. Uno, Javi Serra. El pequeño extremo valenciano, que nadie lo olvide, aterrizó en la isla para competir en Tercera División. Sin embargo, se encontró en Segunda B y ha respondido a las mil maravillas, convirtiéndose en titularísimo para un Palop que confía ciegamente en las virtudes del escurridizo diestro. Además, con la otra pierna, con la zurda, se marcó un golazo para sentenciar el duelo. El otro jugador que merece todo el reconocimento es Ángel Rodado. El mallorquín volvió a pelearse contra todos y, aunque esta vez se quedó sin ver puerta, colaboró con su esfuerzo y su calidad al triunfo. Algún aficionado se pregunta cómo el Mallorca ha dejado escapar a este chico sin guardarse ninguna opción de recompra.

No nos debemos olvidar, ni en el fútbol ni en ninguna parcela de la vida, de dónde venimos”. Esta máxima, más propia de un libro de Mindfulness que de una rueda de prensa post partido, fue la sentencia definitiva con la que Palop quiso rebajar la euforia ante la esperada pregunta a propósito del play-off de ascenso. Pero el caso es que le va a costar al valenciano parar los pies a los más optimistas. No tanto por la realidad clasificatoria, que marca que el equipo cerrará la jornada en séptima u octava posición, si no por las sensaciones, que no pueden ser mejores. Seis jornadas sin perder, 14 puntos de 18 posibles, y la sensación, ahora sí, de que Can Misses empieza a ser un fortín. Y agárrense, que vienen curvas. Porque las próximas jornadas se presentan, a priori, como propicias para seguir con la escalada. Los celestes visitan, el próximo domingo a las 12, el campo del Atlético Sanluqueño de Dani Güiza, otro rival de la zona baja. Y después, dentro de 14 días, recibirán en casa a otro equipo a priori inferior, el Villanovense. Si suma los 6 puntos, a ver quien para a este Ibiza que, ahora sí, está “climbing to the top”.

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