El mundo de la náutica y la vela no solo navega sobre aguas cristalinas, sino también sobre valores como el esfuerzo, la dedicación y la pasión. Este domingo, el Club Náutico Santa Eulalia hizo una reverencia a estos principios al celebrar la II Gala Anual del Deporte, un evento que reunió a deportistas, entrenadores, familias y simpatizantes en una jornada memorable. El escenario elegido fue el emblemático Teatro España, que se vistió de gala para rendir homenaje a quienes han llevado las velas del club hacia un horizonte de éxitos.
En este tipo de eventos, más allá de las competiciones y de las victorias en el agua, lo que brilla es la esencia del deporte. La gala fue una sucesión de premios y una muestra palpable de cómo el deporte náutico se convierte en un vehículo de crecimiento personal y colectivo. Cada trofeo, cada distinción, fue un testimonio del compromiso de los deportistas con su disciplina, pero también del apoyo incondicional de sus familias, entrenadores y colaboradores.
Entre los momentos más esperados, los aplausos resonaron cuando se anunciaron los mejores deportistas de cada sección. En vela, Jamie Schafer destacó por su inigualable destreza, mientras que Marta Noguera brilló en piragüismo, María Torres en natación y Mari Luz Clapés en pesca. Estos nombres ya se han inscrito en la historia del club por su talento, así como por la forma en que encarnan el espíritu de superación que define a Santa Eulalia.
Sin embargo, no todo es competición. El compañerismo, esa fuerza invisible que une a los equipos, también recibió su merecido protagonismo. Marc Rueda (vela), Felipe Aita (piragüismo), María Bonet (natación) y Fernando Díaz (pesca) fueron galardonados por ser un ejemplo dentro y fuera del agua. Estos reconocimientos refuerzan la importancia de los valores humanos que sustentan la práctica deportiva: la empatía, el trabajo en equipo y el respeto.
Durante la gala también se entregaron premios a los medallistas que han brillado en competiciones como los Campeonatos de Baleares y de España, consolidando al Club Náutico Santa Eulalia como una cuna de talentos que sigue produciendo campeones en todas sus disciplinas.
Pero este evento no solo se trató de premiar a los atletas. La figura del voluntariado y el trabajo detrás de las cortinas también tuvo su merecido reconocimiento. Elisabeth Moreno, madre de deportistas del club, recibió el premio a mejor voluntaria por su inquebrantable apoyo, mientras que Javier Pérez fue distinguido por su implicación y apoyo constante al club, un reconocimiento merecido para alguien que ha estado vinculado al Club Náutico desde que tenía seis años.
El deporte, especialmente en un entorno tan exigente como la vela y la náutica, no sería posible sin el respaldo de empresas colaboradoras y patrocinadores. En esta edición, Capricho Ibiza fue reconocida como la mejor empresa colaboradora, e Interesport Holidays se llevó el galardón al mejor patrocinador. Su contribución va más allá del apoyo financiero, ya que se han convertido en aliados fundamentales para que el club siga creciendo y ofreciendo a sus deportistas las mejores condiciones para su desarrollo.
La II Gala Anual del Deporte del Club Náutico Santa Eulalia cerró con una promesa: seguir navegando hacia nuevos desafíos, con la misma fuerza y determinación que ha caracterizado al club durante todos estos años. Con deportistas comprometidos, una comunidad entregada y el respaldo de empresas y patrocinadores, el viento sopla a favor para que Santa Eulalia continúe siendo un referente en el mundo náutico. En tierra firme o en el agua, el éxito es solo el principio.