Renault R4 eléctrico: el mito renace y electrifica Ibiza

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Hay días que empiezan con la sensación de que algo especial va a suceder. Y cuando en Fútbol Pitiuso recibimos la llamada de Punicauto, el concesionario oficial de Renault y Dacia en Ibiza y Formentera, supimos que este iba a ser uno de ellos. ¿La razón? Teníamos una cita con el pasado… pero recargado de futuro. Hoy tocaba probar el nuevo Renault R4 eléctrico, ese icono reinterpretado que mezcla nostalgia con tecnología de vanguardia. Y qué mejor escenario que Ibiza, con su luz, sus curvas, su sal y su carácter.

Apenas lo vimos, en la puerta del concesionario, el flechazo fue instantáneo. El nuevo R4 eléctrico respeta las líneas maestras del modelo original —ese que marcó generaciones— pero les inyecta una dosis de modernidad elegante: faros LED redondos con cejas luminosas, parrilla cerrada con detalles minimalistas, una silueta cuadrada que grita “aventura” y un diseño que parece salido de una película francesa futurista.

La carrocería —en un azul perlado que reflejaba el sol ibicenco como un espejo de verano— guarda proporciones perfectas para una isla como esta: compacto, ágil y con el toque suficiente de estilo para no pasar desapercibido en ningún rincón, desde la Marina de Ibiza hasta las carreteras del sur.

Arrancamos en silencio (literalmente) desde Punicauto, tras pulsar el discreto botón de encendido perfectamente integrado en el salpicadero. La interfaz digital nos recibe con gráficos limpios y coloridos, y todo en el interior respira diseño funcional y frescura. La pantalla central táctil parece flotar sobre el tablero, con un sistema multimedia intuitivo, ágil y compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Basta seleccionar la marcha y el Renault R4 se desliza como un susurro eléctrico por las calles de Ibiza, rumbo a la Marina, donde no tarda en robar miradas: un pequeño objeto de deseo con alma vintage y corazón futurista.

En ciudad, el R4 se mueve como pez en el agua. Dirección suave, maniobrabilidad excelente y un radio de giro envidiable. Aparcarlo en una plaza estrecha del centro histórico fue un juego de niños. Y todo, sin emitir ni un gramo de CO₂. Perfecto para un entorno urbano que cada vez apuesta más por la movilidad sostenible.

Pero el plato fuerte llegaba después. Pusimos rumbo hacia la Reserva Natural de ses Salines, esa joya del sur de la isla donde la carretera serpentea entre estanques rosados y montañas de sal. En este tramo, el Renault R4 mostró su otro rostro: dinámico, seguro y sorprendentemente ágil.

Gracias a su motor eléctrico de respuesta inmediata (con un par que empuja desde cero), el coche acelera con decisión. No busca romper cronómetros, pero sí ofrecer una experiencia fluida, silenciosa y muy cómoda. La suspensión, afinada para absorber irregularidades sin sacrificar estabilidad, se comportó como un guante en los tramos más bacheados.

Y qué decir del paisaje. Las montañas de sal se elevaban como esculturas blancas bajo un cielo azul inmaculado, y el coche, silencioso como una barca a remo, parecía flotar entre ellas. Bajamos las ventanillas, pusimos una playlist chill y simplemente… disfrutamos.

Parada mágica: Torre de sa Sal Rossa

No podíamos terminar la jornada sin acercarnos a uno de los rincones con más historia de Ibiza: la Torre de sa Sal Rossa, también conocida como Torre des Carregador. Allí, junto al mar y con Dalt Vila recortándose a lo lejos, el R4 posó como modelo vintage en una sesión de fotos improvisada. Porque este coche, además de rendir, tiene actitud. Mucha.

Y en este entorno, donde lo antiguo y lo moderno conviven de forma natural, el nuevo Renault R4 parecía haber encontrado su lugar. Aquel espíritu original del coche más popular de los años 60 y 70 vuelve a latir, pero ahora con baterías, cero emisiones y alma eco.

Más allá del diseño y la conducción, el nuevo R4 viene cargado de tecnología útil, no de artificios. Control de crucero adaptativo, frenada automática de emergencia, asistente de mantenimiento en carril y cámara de visión 360º. Todo pensado para que el conductor se sienta seguro sin perder el placer de conducir.

El interior sorprende por su espacio. Sí, es compacto por fuera, pero dentro aprovecha cada centímetro. Las plazas traseras ofrecen buena habitabilidad y el maletero, modular, se adapta bien al día a día isleño: desde una tabla de paddle surf hasta las bolsas del supermercado.

El Renault R4 eléctrico no es un coche cualquiera. Es una mezcla de estilo, nostalgia y compromiso con el planeta. Y en un entorno como Ibiza, donde la estética importa tanto como la conciencia ecológica, este modelo encaja como anillo al dedo.

Nuestra ruta de hoy ha sido mucho más que una prueba: ha sido un reencuentro con una leyenda, ahora más limpia, más inteligente y con más alma que nunca. Y todo, gracias a la cortesía de Punicauto, que nos ha abierto las puertas a este viaje al futuro con aroma a pasado.

Así que sí, hoy no solo probamos un coche. Hoy viajamos en el tiempo sobre cuatro ruedas eléctricas. Y no queríamos bajarnos.

 

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