La UD Ibiza encara su próximo compromiso liguero con la necesidad de recuperar sensaciones, y Paco Jémez ha querido centrar el foco en lo deportivo tras una semana en la que el ruido extradeportivo ha marcado parte de la actualidad del club celeste.
El técnico, en la previa del duelo ante el Real Murcia, ha querido pasar página tras las especulaciones generadas en torno a su ausencia en una jornada de descanso, aclarando que las decisiones tomadas durante la semana responden únicamente a criterios deportivos. Jémez ha defendido la planificación de los entrenamientos como parte de una estrategia pensada para llegar en las mejores condiciones posibles al choque del domingo. Considera que las sesiones intensas acumuladas durante tres días consecutivos justificaban plenamente el parón posterior, sin necesidad de más interpretaciones.
En cuanto a la polémica surgida a raíz de su vida personal, el entrenador ha lamentado que se desvíe la atención hacia aspectos ajenos al campo. En su opinión, la crítica sobre su asistencia a un evento familiar resulta desproporcionada y, sobre todo, injusta, teniendo en cuenta su implicación diaria con el equipo desde que aterrizó en la isla.
La visita al Enrique Roca de Murcia, en este contexto, cobra especial relevancia. No solo por la necesidad de sumar tres puntos que mantengan al Ibiza en la pelea por los puestos altos, sino también por el carácter del rival. El conjunto murciano, irregular en sus últimas semanas, atraviesa una dinámica de dudas similares a las que arrastra la UD Ibiza. Sin embargo, Jémez no oculta el respeto que le merece una plantilla construida con ambición y calidad, y que, pese a no haber alcanzado aún su máximo nivel, sigue siendo una de las más peligrosas del grupo.
El entrenador andaluz espera un ambiente eléctrico en la Nueva Condomina, donde la presión de la grada puede jugar un papel determinante. El objetivo de la UD Ibiza será aprovechar ese contexto para tratar de imponer su personalidad sobre el terreno de juego. Jémez considera que será un partido donde la cabeza tendrá tanto peso como las piernas, y donde el equipo que mejor controle las emociones podrá llevarse el gato al agua.
Con un bloque que ha trabajado con intensidad y sin novedades destacadas en lo físico, la UD Ibiza viaja a Murcia con la intención de cerrar la semana con una victoria que sirva no solo para escalar posiciones, sino también para calmar las aguas y devolver el protagonismo al balón.




















































































