Jaque al banquillo: la UD Ibiza rompe con Paco Jémez en pleno arranque de curso

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El banquillo de Can Misses vuelve a cambiar de manos. La UD Ibiza ha oficializado este martes la salida de Paco Jémez, una decisión que llega en un momento singular de la temporada, con el equipo lejos de los objetivos marcados y tras una victoria que, lejos de apagar el incendio, apenas sirvió para disimular las llamas.

El adiós del técnico canario no se explica únicamente desde la clasificación ni desde los números. Con once puntos en ocho jornadas, el arranque del curso se había quedado corto para las expectativas que rodeaban al equipo. Pero el fútbol pocas veces se rige solo por lo cuantitativo: el ambiente, los gestos, las decisiones internas y la sensación generalizada de desconexión terminaron por sentenciar una relación que, tras unos meses de desgaste silencioso, ya no daba más de sí.

El club celeste comunicó la salida con una escueta nota oficial, sin estridencias ni detalles, como suele suceder cuando los motivos verdaderos corren por otros cauces. Pero lo cierto es que el desencuentro venía gestándose desde semanas atrás. Al entorno no se le escapó la controversia generada tras la ausencia del entrenador en una jornada clave, un gesto mal interpretado por parte de la dirección y que aceleró lo que ya parecía inevitable. Más allá de lo anecdótico, la ruptura interna se venía cocinando: relaciones frías en el vestuario, distancia con la dirección deportiva y un grupo sin rumbo claro en el campo.

Jémez, figura carismática y con un estilo reconocible, deja una huella ambivalente. Su retorno al club a finales de 2024 revitalizó a un equipo desorientado y lo llevó a soñar con el ascenso, pero la segunda temporada, ya con proyecto propio, se le ha atragantado desde el inicio. Su saldo en la isla incluye tramos de fútbol valiente y competitivo, pero también desconexiones llamativas y decisiones discutidas que han pesado en su continuidad.

El relevo no se ha hecho esperar. Miguel Álvarez, curtido en el fútbol de filiales y con una propuesta atractiva bajo el brazo, tomará las riendas del equipo. Su último paso por el Villarreal B lo avala, especialmente por su capacidad de potenciar talento joven y competir con un modelo ambicioso. En Ibiza se espera que pueda aportar frescura, orden y sobre todo resultados, porque el margen de maniobra se ha reducido drásticamente.

La apuesta por Álvarez implica también un cambio de perfil. Se pasa de un técnico de discurso potente y personalidad arrolladora a un entrenador más metódico, de perfil bajo pero con ideas claras. Un cambio de rumbo que no solo busca reactivar al equipo, sino también apaciguar un vestuario que había perdido el hilo de continuidad.

El reto es mayúsculo. Con una afición exigente y una plantilla pensada para competir arriba, el nuevo míster deberá actuar sin red. La liga no espera, y la UD Ibiza no puede permitirse seguir mirando desde la barrera cómo otros se posicionan en la carrera por el ascenso.

Así se cierra un capítulo importante en la historia reciente del club celeste. Paco Jémez ya es pasado. Empieza una nueva etapa con muchas preguntas y una certeza: no hay tiempo para transiciones. En Can Misses ya suena el silbato de la siguiente jugada.

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