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El despertar sigue sin llegar. La SD Ibiza volvió a tropezar, y lo hizo con fuerza, en su visita al Municipal de Sa Plana, donde cayó 2-0 ante el Andratx. Cuarta derrota consecutiva, ocho partidos sin ganar y la sensación de que el equipo ha perdido el rumbo. Los pitiusos, que viajaban a Mallorca con urgencias y la necesidad de sumar, regresan de vacío y se hunden en la tabla: colistas con apenas cinco puntos.
El partido no pudo comenzar peor. Apenas habían pasado tres minutos cuando Llabrés se inventó una jugada de las que levantan al público: recorte, zancada y un zurdazo directo a la escuadra. Golazo y golpe directo al ánimo ibicenco. El Andratx, crecido, olió la debilidad rival y fue a por más. Presión alta, intensidad y una SD Ibiza sin respuestas.
Aun así, hubo un pequeño destello. Raúl Castro sirvió un balón perfecto al área y Álex Sánchez, completamente solo, la mandó arriba. Fue la ocasión más clara para los rojillos, que empezaron a soltarse con el paso de los minutos y a tener algo más de balón. Sin embargo, cada pérdida era un susto. Llabrés y Pascual hicieron daño por las bandas y solo la falta de puntería evitó que el marcador se ampliara antes del descanso.
La segunda mitad mantuvo el mismo guion: una SD Ibiza espesa, previsible, y un Andratx que sabía exactamente a qué jugar. En el 60’, Pablo Gálvez aprovechó un robo en campo rival para sentenciar con un disparo cruzado ante Frías. El 2-0 fue una losa. Los de Ibiza empujaron con más corazón que ideas, pero Elías —seguro bajo palos— frustró cualquier intento de reacción.
Ni Villar, con un disparo lejano, ni Pepe Bernal, con dos intentos en el tramo final, lograron mover el marcador. Al final, el silencio fue el mismo de siempre: otro domingo sin premio.
La SD Ibiza cierra la jornada como colista, a cinco puntos de la salvación y con la necesidad urgente de reaccionar. Porque el tiempo, y la confianza, empiezan a agotarse.
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