2-2. La Peña tropieza pero no cae: empate con sabor a carácter en Lloseta

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La Peña Deportiva ha encontrado este fin de semana el freno a su vertiginoso vuelo. Después de encadenar cinco victorias consecutivas que la catapultaron a la cima del grupo balear, el conjunto de Raúl Garrido ha tenido que conformarse con un empate (2-2) en su visita al campo del Llosetense, un terreno que no entiende de jerarquías ni de favoritismos. Allí, donde el césped aprieta y los puntos se pelean con uñas y dientes, el líder dejó atrás la racha perfecta, pero no su identidad: competitiva, tenaz y rebelde hasta el último suspiro.

El choque fue una montaña rusa emocional. La Peña golpeó primero, como acostumbra, con el oportunismo de Marc Fraile, que aprovechó un momento de desconcierto local para inaugurar el marcador en el minuto 28. Parecía el guion habitual de los de Santa Eulària: marcar, controlar y cerrar. Pero Lloseta tenía otros planes. Empujado por su gente y sin perderle la cara al partido, el conjunto local encontró premio al filo del descanso gracias a Mestre, que igualó con un tanto psicológico justo antes del paso por vestuarios.

El segundo acto arrancó con un giro inesperado. El Llosetense, lejos de conformarse con el empate, fue a por más, y lo encontró desde los once metros. Alomar convirtió el penalti en el 60 y encendió las alarmas en la expedición peñista. El liderato temblaba, pero no se rompía.

Entonces apareció la otra Peña, la de las remontadas posibles, la del banquillo que suma y revoluciona. Saza, recién ingresado al terreno de juego, no necesitó ni un minuto para dejar su huella. Con instinto y determinación, firmó el 2-2 en el 65, devolviendo a los suyos al partido cuando más lo necesitaban.

A partir de ahí, el duelo fue un pulso de voluntades, sin un dominador claro pero con la sensación de que cualquiera podía llevarse el botín. No se movió más el marcador, pero el punto cosechado tiene un valor añadido: mantiene a la Peña en lo más alto y refuerza su convicción colectiva. Porque hay empates que enseñan más que muchas victorias, y este fue uno de ellos.

Ahora, el calendario ofrece un nuevo capítulo de alta tensión. La próxima jornada, el Municipal de Santa Eulària acogerá un derbi insular ante el Inter Ibiza, una cita que va más allá de los tres puntos y que pondrá a prueba la ambición de un equipo que no quiere mirar atrás. El liderato sigue en sus manos, pero la exigencia crece. Y eso, para esta Peña con alma de campeón, no es más que otro aliciente.

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