La SD Ibiza volvió a sonreír. Tras cuatro derrotas seguidas y semanas en el fondo de la tabla, el conjunto rojillo logró un triunfo tan necesario como sufrido. El 1-0 ante el Alcoyano en Sant Rafel fue un partido de pura tensión, con un gol de Diego Jiménez, un Edu Frías gigante bajo palos y un final que dejó a más de uno sin aliento.
Desde el inicio, los de Casañ mostraron otra actitud. Con más energía, más presión y la urgencia de quien sabe que no puede fallar. El Alcoyano resistía con orden, pero Frías empezó a brillar pronto con una doble parada espectacular que sostuvo a los suyos. Poco después, Diego Jiménez rompió el muro visitante con un cabezazo impecable tras un córner.
Con el marcador a favor, el Ibiza ganó confianza. Riquelme y Montalbán movían el balón con criterio y el equipo, por momentos, parecía dominar el encuentro. Pero el Alcoyano no bajó los brazos y en la segunda mitad apretó con todo. Frías volvió a salvar al equipo con paradas decisivas.
Los últimos minutos fueron de auténtico sufrimiento. El balón rondaba el área rojilla y la grada contenía la respiración.Tres disparos seguidos, tres rechaces heroicos y un Frías que, una vez más, detuvo el definitivo. La expulsión de Zárraga cerró un duelo eléctrico que terminó con gritos de alivio y abrazos en la grada.
La SD Ibiza vuelve a ganar dos meses después, y lo hace con un triunfo de carácter. De esos que no solo valen tres puntos, sino que devuelven la confianza y la fe en el equipo.





















































































