Víctor M. Victoria La UD Ibiza sumó un empate meritorio en su visita al Mallorca B (2-2) tras un partido intenso, igualado y de mucho nivel por parte de ambos conjuntos. Los celestes, que encadenan cuatro jornadas sin ganar, volvieron a marcar y ofrecieron una versión competitiva, reforzando sensaciones pese a no lograr el triunfo. Se sitúan décimos con 10 puntos y recibirán a un Menorca en situación similar en la próxima jornada.
El encuentro no pudo empezar mejor para los ibicencos. Daniel Periañez adelantó a los visitantes muy pronto (3’) con una buena definición en el área, dando confianza a un equipo que supo gestionar bien el ritmo inicial. Sin embargo, tras el descanso, el Mallorca B apretó de manera notable y encontró el empate a través de Iker Iván Mantilla (51’). Apenas cinco minutos después, el propio delantero puso por delante a los locales desde el punto de penalti (56’), en un tramo de partido muy exigente para los celestes.
Lejos de desmoronarse, el equipo que dirige Raúl Gómez reaccionó con carácter y personalidad. Con el marcador en contra, los de Vila firmaron sus mejores minutos y fueron superiores, empujando al cuadro bermellón hacia su propia área. El premio llegó en el 93’, cuando Eric Llamas remató un córner para establecer el 2-2 definitivo y desatar la alegría visitante. Resultado justo en un encuentro vibrante y bien jugado por ambos conjuntos. La UD Ibiza vuelve a sumar y muestra capacidad de respuesta, pero buscará convertir esas buenas sensaciones en una victoria en su próximo compromiso contra el Menorca.
El Portmany juvenil, por su parte, encajó su segundo tropiezo consecutivo tras caer 0-4 ante La Salle en un marcador tan contundente como engañoso. Los de San Antonio, que siguen terceros con 18 puntos, ofrecieron fases de muy buen nivel pese a jugar más de media hora en inferioridad por la expulsión de Marcos Martínez (47’). La pelota parada, sin embargo, fue letal para los locales. La Salle inició el encuentro mejor plantado, dominando los primeros minutos con madurez y posesiones largas. El Portmany, lejos de replegarse, fue creciendo con el paso de los minutos. La presión alta comenzó a surtir efecto y los últimos veinte minutos del primer tiempo fueron de claro dominio rojillo, que generó llegadas y sensación de peligro constante.
Pero todo cambió tras el descanso. A los tres minutos de la reanudación, Marcos vio la roja directa y el partido se torció para los locales. Aun así, el equipo que dirige Iván Granados reaccionó con orgullo y, durante más de un cuarto de hora, compitió incluso mejor que su rival. Pero cuando mejor estaban, llegó el mazazo: Alejando Escobar anotó el 0-1 tras un córner (58’) y abrió el camino. A partir de ahí, La Salle explotó el balón parado con precisión quirúrgica. Yannick Vívares hizo el segundo en una falta lateral (64’), Aarón Rodríguez convirtió el tercero en propia portería en otra acción similar (68’), y Alejandro Moya cerró el choque desde el punto de penalti ya en el descuento (90’).
Derrota dura en el marcador pero con fases positivas para un equipo que compitió con corazón hasta el tramo final. El cuadro de San Antonio buscará rehacerse en la próxima jornada en su visita al campo del Mahón, colista de la categoría con solo un punto en su casillero.
