El agua de la piscina municipal de Sant Josep tuvo algo especial este fin de semana. Ese brillo distinto… esa sensación de que todo fluía a favor. Y es que el C.W. Sant Josep cerró la jornada con doble triunfo ante el CEIB Gobycar, un pequeño regalo para la afición y una prueba más del buen momento que atraviesa el club. Primero llegó la alegría de los más pequeños, y después, el golpe de autoridad del equipo absoluto. Dos partidos, dos victorias, misma energía.
El duelo alevín abrió la mañana con un ritmo alegre, de esos que arrancan sonrisas en la grada. El equipo josepí salió sin titubeos, decidido a mandar desde el primer sprint, y lo consiguió con un 12-2 que reflejó perfectamente lo que se vio en el agua: dominio, desparpajo y un grupo que se atreve a jugar sin complejos. Cada ataque parecía una pequeña aventura y cada defensa, un muro que el CEIB Gobycar apenas logró perforar. Con este nuevo triunfo, los alevines se mantienen en lo más alto de la Liga Balear y encadenan tres partidos seguidos contando sus esfuerzos por victorias, como si ya hubieran encontrado un pequeño truco para que todo encaje.
El plato fuerte llegó después con el encuentro absoluto. Un duelo más físico, más intenso, de esos que exigen cabeza fría y cierta paciencia para ir marcando diferencias. El Sant Josep supo hacerlo desde el inicio, moviendo el balón con calma cuando tocaba y acelerando en los momentos justos. El 15-9 final dejó claro que los locales no estaban dispuestos a ceder ni un centímetro. La grada lo celebró como se celebran las cosas bien hechas: con ese murmullo orgulloso de “esto va por buen camino”.
La doble victoria deja una sensación especial en el club. Una especie de espejo en el que se refleja el trabajo que se está realizando tanto en la base como en el primer equipo. Porque no es casualidad que los más pequeños y los mayores compartan la misma línea ascendente. Es un síntoma de que el proyecto deportivo crece, se consolida y empieza a ganar respeto entre los clubes de referencia del waterpolo balear. En Sant Josep se respira ilusión… y eso se nota cada vez que la pelota toca el agua.
El fin de semana se cerró con abrazos, toallas al aire y ese eco de chapoteos felices que quedan flotando en la piscina cuando todo sale bien. La grada ya mira de reojo a las próximas jornadas, con ganas de ver hasta dónde puede llegar este grupo que, paso a paso, está dando forma a una temporada que promete emociones fuertes.






















































































