El fútbol, con su guion caprichoso y sus giros impredecibles, volvió a brindar una tarde vibrante en Sant Antoni. El derbi pitiuso entre el Portmany y el Formentera se saldó con un empate (1-1) que dejó sensaciones encontradas en ambos bandos: alegría contenida para los locales, frustración para un conjunto visitante que sigue sin encontrar la regularidad que exige su ambición clasificatoria.
Durante buena parte del encuentro, el Formentera pareció tener el control narrativo del partido. El equipo dirigido por Maikel Romero se adelantó en el minuto 65 gracias a un penalti transformado por Vaccarini, un nombre conocido en el municipal de Sant Antoni. El exjugador del Portmany no titubeó desde los once metros y silenció momentáneamente a una grada que, hasta entonces, había empujado con fervor. Fue un golpe de esos que duelen, no solo por el marcador, sino por el simbolismo de ver a un viejo conocido marcar con otra camiseta.
Sin embargo, el Portmany de Lolo Paniza, que ya había mostrado signos de rebeldía en la primera mitad —donde dispuso de un penalti a su favor que no supo capitalizar—, no bajó los brazos. Espoleado por su afición y por la necesidad de sumar, el equipo local fue ganando metros con el corazón por delante, hasta que en el minuto 86 apareció Erik Torres para empujar a la red un balón que sabía a gloria. El tanto, celebrado con la intensidad de quien sabe que cada punto puede marcar la diferencia en una liga tan apretada, sirvió para sellar el empate y rescatar una jornada que parecía condenada al desencanto.
El reparto de puntos deja al Portmany con ocho unidades, situado en el puesto 13 de la tabla, todavía en una zona delicada pero con el consuelo de haber sacado petróleo ante un rival que, en el papel, partía como favorito. Para el Formentera, en cambio, el empate sabe a poco. Con 12 puntos y anclado en la novena plaza, el conjunto rojinegro sigue sin dar el salto que lo acerque a la zona noble de la clasificación, pese a momentos de buen juego y una plantilla con calidad contrastada.
Y como si el calendario tuviera un guionista con gusto por el drama, la próxima jornada traerá una nueva entrega del derbi pitiuso. El Formentera recibirá a la Peña Deportiva en un duelo que promete intensidad, orgullo y más de una cuenta pendiente. El Portmany, por su parte, visitará al Platges de Calvià en busca de puntos que consoliden la reacción mostrada en el epílogo del derbi.
El fútbol pitiuso, una vez más, dejó claro que no entiende de favoritismos ni de guiones predecibles. Aquí, hasta el último minuto cuenta. Y a veces, como en Sant Antoni, se convierte en el más valioso de todos.
