El San Rafael tiene la fortuna de tener en sus filas a un tipo honrado, competitivo y que ama el fútbol de modo exagerado. Juega en el conjunto rafeler, desde hace ya 8 temporadas, Dani Gómez, un pelotero que lleva en la sangre, pese a vestirse de azul cuando salta al verde, un ADN: el de la Peña Deportiva. Cuando menos, parecerá sorprendente que el protagonista de esta historia suelte a los cuatro vientos sin pelos en la lengua que siente los colores del club de su pueblo con una pasión ilimitada, pero así de auténtico es el jugador que más temporadas soporta encima de todo el vestuario blue. No en vano, es el único superviviente después del histórico ascenso del Sanra a Tercera División.
Dani Gómez, hermano del peñista Raúl, se crió felizmente en la cantera de la Peña Deportiva, pero el destino, caprichoso muchas veces, le deparó, recién salido de juveniles, un reto que, a la larga, ha reportado al defensa mucha satisfacción. “Jugué un año en Regional y Ormaechea me llevó para el San Rafael, donde aspiraba a subir a Tercera. La verdad que el míster confiaba mucho en mí y no me lo pensé. Vamos, que con él he coincidido unos 12 años del tirón”, apunta el lateral derecho. “Y tengo que decir que fue una decisión acertadísima”, añade con determinación.
Pese a la lealtad y compromiso con el que defiende el escudo del San Rafael, Dani Gómez tiene muy claro que el blanco es el color que más le tira. “Soy cien por cien peñista; es el equipo de mi vida. Estuve en Santa Eulalia desde los 5 años y mucha de mi familia ha jugado en la Peña”, subraya con orgullo un zaguero que no duda en apoyar desde la grada al equipo de la Villa del Río ataviado con una bufanda de la Peña si es menester cuando el fútbol le da una tregua.
Pero Dani Gómez, transparente como el agua, explica que en el pueblo de la cruz disfruta y vive este deporte con más intensidad que en su etapa en Santa Eulalia. “Todo lo que no pude disfrutar en la Peña lo esto haciendo en el San Rafael, donde convivo cada día con unas personas impresionantes”, asevera el defensor. “Aquí he debutado en Tercera y a día de hoy soy el capitán. Sin duda, toda mi vida le estaré agradecido a este club”, prosigue emocionado este nieto, hijo, hermano, sobrino y padrino de jugadores peñistas. “Mi padre, Pablo, fue delantero del equipo; mi abuelo Juan fue portero; mi tio Furné, actual directivo de la entidad, fue lateral e, incluso, tengo a mi ahijado jugando en los alevines”, resalta.
De todos modos, Dani Gómez sabe que su sitio en estos momentos está en el San Rafael. “Es muy difícil irte a otro equipo cuando estás en uno donde te quieren y te hacen sentir a gusto. Tengo que decir que estoy muy feliz y contento, además de orgulloso, porque hayan confiado en mí año tras año”, aclara un jugador que, preguntado por si se iría la Peña si le llegase una oferta para la temporada que viene, responde: “No creo que llegue esa posibilidad, pero si ocurriese no me iría. En el San Rafel estoy disfrutando de minutos, los que Mario nunca me dio, así que dudo de que haga falta en Santa Eulalia. Que yo sea de la Peña no significa que quiera jugar allí”, puntualiza el defensa, que repite: “Aquí estoy muy bien en todos los aspectos”. Eso sí, Dani Gómez siempre querrá lo mejor para la Peña, según cuenta. “Siempre le desearé lo mejor y cuando fue campeón me alegré mucho. Es más, ojalá pueda ascender a Segunda B”.
Esta temporada, por segunda vez consecutiva, el San Rafael ha estado a un paso de poder jugar el play-off de ascenso. La pasada, con Mario Ormaechea y la presente, con Vicente Román. El zaguero ha podido vivir en primera persona ambas gestas deportivas, aunque “la de este año tiene más mérito, mucho más”. “Medio equipo del curso pasado ha sido campeón con la Peña y Vicente ha hecho debutar a muchos jugadores que no hubieran imaginado estrenarse en Tercera. La verdad es que si no hubiese sido por la mala primera vuelta estoy convencido de que hubiéramos llegado al play-off. Lo del míster tiene mucho mérito; debuta en Tercera y mira… Me gusta que quiera jugar al fútbol y que nos dé libertad en el campo”, afirma un Dani Gómez, que afrontó la baja a principios de curso de su primo Javi Ramón con resignación. “Fue el peor momento que he vivido en ocho años”, aclara. Aunque tampoco lo pasó bien del todo cuando este verano se marcharon a la Peña muchos compañeros. “Está claro que cada uno juega donde quiere, pero hay que decir que mientras estuvieron defendiendo la camiseta blue lo dieron todo y siempre se les ha de recordar por su compromiso y entrega”, afirma el de Santa Eulalia, que no quiere despedirse sin mandar un recado: “Quisiera felicitar a mi hermano y a Alba por hacerme tio de un hermosa niña y a mi novia por aguantar tantas tardes de domingos en las que estoy fuera de casa por el fútbol”.
Dani y Raúl, los hermanísimos
Nacieron el mismo día, hace ya 28 años, y lo hicieron con sangre futbolera en sus venas. Los hermanos Gómez, Dani y Raúl, empezaron a darle patadas a un balón en la Peña, aunque sólo uno acabó creciendo y progresando en Santa Eulalia. El otro emigró a San Rafael.
Los dos se han enfrentado entre sí en tres ocasiones y fue en Tercera División. El último choque donde tuvieron la fortuna de verse las caras fue el pasado domingo, en el derbi, y lo hicieron con el brazalete de capitán luciendo en sus brazos. “La verdad es que jugar ante tu hermano se vive especialmente y más si lo hace frente a la Peña. Días antes del partido siempre tengo que sufrir el cachondeo de familia, amigos y compañeros”, apunta Dani, que recuerda con humor: “En el primer encuentro fue curioso; coincidimos en la banda calentado”.
El jugador del San Rafael aplaude y admira a su hermano. “Es más rápido que yo y siempre jugó en posiciones más ofensivas, aunque ahora jugamos en el lateral los dos”, subraya Dani, que valora, y mucho, “la humildad y el sacrificio” de Raúl, a quien le desea lo mejor en la fase de ascenso a Segunda División B. “A ver si tiene suerte y puede subir”, concluye.
