Víctor M. Victoria

Javi Rosa vuelve a sentirse futbolista tras sobreponerse a un auténtico calvario. El pasado 2 de marzo, el defensa del Formentera disfrutó de nuevo del olor a césped en un partido oficial, aunque sólo fuera por unos escasos minutos, tras permanecer lesionado durante casi diez largos meses. Un proceso duro, solitario, casi sempiterno, que el jugador murciano ha vencido a base de trabajo, esfuerzo y voluntad, mucha voluntad.

El 13 de mayo del pasado 2018 se fraguó una tarde trágica en la historia del Formentera. El equipo rojinegro consumó su descenso a Tercera División tras perder en la última jornada contra el Peralada (3-0) y uno de sus jugadores emblema sufrió una lesión de máxima gravedad: ligamento cruzado de la rodilla roto. Cuesta imaginar un guion de película más lúgubre para los formenterenses.

De un soplido, tras una acción fortuita en los instantes finales del partido, la carrera futbolística del murciano quedó en el aire. Esta temible lesión ha sacudido las carreras de jugadores élite como Sergio Asenjo, Tiago Alcántara o Sergio Llull en baloncesto. En el caso de Javi Rosa, además, se agregaba otro factor, sus 34 años, edad a la que los futbolistas ya suelen comenzar su declive.

Dolor, frustración y lágrimas, muchas lágrimas. Fueron días de mucha ansiedad e incertidumbre, hasta que las buenas nuevas comenzaron a sucederse. El club decidió, en un gesto digno del mayor aplauso, renovar al maltrecho defensa, quien decidió regresar a su tierra para ponerse en manos del doctor Ripoll, máximo especialista en la materia, encargado de su operación.

Después, un interminable trabajo de recuperación, con eternas sesiones físicas que ahora, por fin, se traducen en resultados. “Y en un nuevo hombre”, como confiesa Javi Rosa cuando es preguntado por todo lo que ha vivido. “Ha sido un proceso muy duro, largo y solitario. Las primeras dos semanas lo veía todo muy negro, sentía rabia, frustración. Son momentos muy duros, no sabes cómo desahogarte”, confiesa aún emocionado.

En su caso, las lágrimas le ayudaban a sacar todo lo que tenía dentro. “Las tres primeras noches no podía ni dormir, he llorado mucho, muchísimo. Hasta mi pareja me decía a veces que dejara ya de llorar”, reconoce esbozando esta vez una sonrisa. Y ha sido su compañera sentimental uno de los tres pilares en los que se ha apoyado Javi Rosa durante su recuperación. Los otros dos, su familia en Murcia y el propio club, al cual se siente eternamente agradecido pues terminaba contrato en el momento de lesionarse.

Esta lesión ha representado, sin duda, un aprendizaje de vida. ¿En qué ha cambiado Javi Rosa? “Para empezar, miro de otra manera al futuro. Nunca he sido pesimista ni optimista, pero ahora no pienso en el más allá sino en el hoy. No me gusta pensar que el Formentera va a jugar el play-off de ascenso porque en la vida puede pasar cualquier cosa. El fútbol es lo menos importante de las cosas importantes, te pueden pasar cosas mucho peores. Hay que ir día a día y disfrutar”.

Además de este cambio de filosofía vital, el jugador del Formentera se han convertido, sin quererlo, en un “influencer”. Comenzó a hacer un diario digital en la red social Instagram del día a día de su lesión y muchos comenzaron a seguirle. Algunos, incluso, le piden consejo porque están viviendo ahora un calvario muy similar al suyo.

“Las redes sociales -revela- me han ayudado muchísimo, he recibido mensajes de muchos sitios, Mallorca, Vitoria, Murcia como es obvio, Ibiza… Me he dado cuenta de que no estaba solo. Grabé todo el proceso desde que me operé. Imágenes de la recuperación, flexión de rodilla, luego caminar sin muletas… Cuando te lesionas no sabes nada, pero de tanto leer y hablar con la gente aprendes muchísimo y ahora intento ayudar en la recuperación de otras personas”.

Sobre su actual estado físico, el murciano reconoce que “de la lesión me encuentro muy bien, no tengo molestias ni nada raro. Pero obviamente, tras nueve meses lesionado, físicamente no estoy al mismo nivel que antes. Tengo que mejorar mi resistencia y mi fuerza”.

Daños colaterales de una inactividad tan prolongada que, a buen seguro, el Javi Rosa no tardará en reparar. “Siempre me he cuidado muchísimo, nunca había tenido hasta ahora casi ni una rotura fibrilar. No he ganado peso durante toda la lesión y, por ello, el físico está respondiendo bien. Suelo decir que soy un viejo rockero y todavía me queda fútbol dentro”, agrega.

Cuestionado sobre si temió por la continuidad de su carrera deportiva, reconoce que la posibilidad pasó por su cabeza. “Al principio, las primeras semanas fueron de mucha incertidumbre. Tengo 34 años, te dicen que esta lesión ha acabado con la carrera de mucha gente, tuve muchas dudas. Pero leí mucho y me ayudó comprender que solamente era una cuestión de tiempo, el resto quedaría bien si se ponían los medios”.

“Volveré y volveremos”, reza el lema que Javi Rosa ha pregonado con ahínco y tesón desde que cayó lesionado. Su parte, de momento, ya está cumplida. Ahora falta que el Formentera regrese a la categoría de bronce del fútbol español. Va por el buen camino y espíritu de lucha, a tenor de lo visto estos nueve meses, no le falta en el vestuario.

Fútbol Pitiuso agradece la colaboración de la compañía naviera Mediterránea Pitiusa en la producción de esta entrevista.

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