“Ese cristalito roto / yo sentía como crujía”. Rosalía ha conquistado el mundo con esta frase, y curiosamente, a la vez, nos ha dejado un bello resumen de lo que ha vivido hoy el Ibiza. Todos hemos sentido como la UD crujía. Durante dos horas. Seis crujíos.

Difícilmente se repetirá un partido más terrorífico para los aficionados unionistas. Lo que empezó como un sueño, el de sacar los tres puntos de un estadio de postín, se fue tornando pesadilla con el paso de los minutos. Una vez más sin el doble pivote inventado por Palop Iosu – Miguel Núñez, ésta vez por la ausencia del ex del Mallorca por sanción, el centro del campo celeste hizo aguas y no supo nunca contener a un Cartagena que castigó a su rival con crudeza. Y eso que la UD aguantó más o menos bien el tipo 34 minutos, el tiempo que tardó Santi Jara en inaugurar la tormenta.

Dos minutos después Jesús Álvaro hizo el segundo al finalizar una jugada que nace de un grave error de Rodado, que le dio una asistencia al rival, y aquí acabó el partido de fútbol “normal” y comenzó la tragicomedia. Al descanso se llegó con el 2 a 0 que, pese a ser remontable, dejaba la sensación de que lo peor podía estar por llegar. “Antes de caerse al suelo, ya sabía que se rompía”, que diría Rosalía.

En su segunda mitad, el duelo se ha convertido en un esperpento de una UD que parecía el juego del Tragabolas destrozado por un niño inquieto de 5 años. Uno tras otro, los errores, colectivos e individuales, ofensivos y defensivos, se encadenaban, para dar facilidades máximas a un Cartagena que hizo sangre hasta que llenó su barriga. El “efesé” metió 4, pero pudieron ser algunos más. Además hubo fallos de todo tipo, perfectos para hacer un vídeo de scouting con lo que no hay que hacer. Córners defendidos con la mirada, ayudas inexistentes, chutes de 30 metros que pillan al meta algo desprevenido… Siguiendo con el himno del flamenco-trap millenial: “mu mal, mu mal, mu mal, mu mal”.

Lo peor de la goleada encajada es la sensación de incomprensión que deja en sus seguidores. El equipo, con mejores o peores resultados, venía haciendo las cosas entre regular y bien. Quien seguro que no esperaba tal revolcón era Amadeo Salvo, quien, en el palco, aguantaba la vista como podía. Queda por ver cuál será su reacción los próximos días. La lógica indica que la confianza en Palop debe seguir intacta, pues, hasta el accidente de Don Benito, la trayectoria del equipo era buena. En el Cartagonova, dio la sensación de que la UD aún pensaba en los puntos que se escaparon contra los extremeños.

Asegura Palop que la de Cartagena ha sido la derrota más dolorosa de su carrera, ya sea como jugador o como entrenador. No lo dudamos. La imagen que ha dejado su equipo ha sido muy mala, y veremos cómo sale ahora de esta, anímicamente hablando. En el horizonte, el próximo domingo, un nuevo test bien exigente. Visita Can Misses el UCAM Murcia, segundo clasificado. Una nueva derrota podría dejar a la UD, que ahora cierra la jornada 14º, al filo del abismo. Esperemos que la sufrida afición ibicenca no haga demasiado caso a la frase que cierra el hit de la cantante barcelonesa: “No voy a perder ni un minuto en volver a pensarte”. El equipo los va a necesitar más que nunca a su lado.

1 Comentario

  1. Que “Palop”..o tros tres que se pierden ..señor Amadeo al igual puedes ofrecerle el puesto a Maradona ..😂😂..buena pareja haria con el italiano …no todo es dinero .un saludo a toda la aficion.

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