Increíble pero cierto. Esa es la sensación que dejó a todo aquél que presenció el encuentro en Can Misses la derrota de la UD Ibiza en su estreno liguero como local. El Atlético Sanlqueño, otro recién llegado a la categoría, sacó petroleo de su prácticamente única llegada en todo el partido (y fue llegada sin aparente peligro) y se llevó los tres puntos ante un conjunto celeste que mereció más, cierto es, pero también sufrió un justo correctivo a la falta de concentración en el gol visitante, imperdonable. Las buenas sensaciones que dejó el equipo en Sevilla sufren un frenazo, pero también podrán extraerse algunas conclusiones positivas.

Ñoño Méndez apostó por los mismos hombres que le dieron la victoria en el Viejo Nervión, con un único cambio. Riverola se cayó del once para dar entrada a Alejandro Chavero. El centrocampista barcelonés dejó muestras de su calidad y se empieza a intuir po rqué el club pitiuso ha pagado alrededor de 50.000 euros por su rescisión de contrato al Cartagena. Visión, mando, conducción y calidad en el golpe fueron su tarjeta de presentación. Por lo demás, de nuevo Uru titular (ha pasado de quedar incluso fuera de la convocatoria en Tercera a ser titular en Segunda B, qué cosas tiene el fútbol) y Candelas como extremo izquierdo, supliendo a ese punta de banda que finalmente no llegó el último día de mercado.

La primera parte fue algo aburrida. El conjunto gaditano sabía perfectamente a lo que había venido a la isla: amarrar atrás e intentar cazar alguna contra. La UD, como había avanzado el viernes el míster en rueda de prensa, trazó un plan algo más ofensivo que en Sevilla, teniendo más el balón y haciéndolo circular en horizontal, evitando los pelotazos para la pelea de Germán. Y salió bien a medias. Es cierto que el bloque andaluz no pasó prácticamente del centro del campo, pero tampoco los celestes supieron hacer cosquillas a partir de tres cuartos de campo. La ocasión más clara la tuvo Germán Sáenz, quien vio como, tras una gran jugada de Cristian Herrera, un zaguero visitante impedía su remate a bocajarro con la punta de la bota. El Ibiza fue de menos a más, y en los últimos instantes del primer tiempo tuvo dos acercamientos más, pero ni Javi Serra ni Cristian Herrera supieron batir al meta Diego. Con el doble cero en el electrónico se llegó al descanso.

El paso por vestuarios sentó bien al Ibiza, porque los unionistas salieron con nuevos bríos al césped. Fruto de su empuje inicial, nació la jugada que parecía cambiaría el rumbo del encuentro. Cristian Herrera (buen partido el suyo) se marcha de dos rivales y el tercero le hace caer al borde del área. El autor de la falta fue José, precisamente el único amonestado de los 22 futbolistas hasta ese momento, que vio la segunda amarilla y se fue a la caseta. Quedaba un mundo, todo el segundo tiempo, para jugar en superioridad. De hecho, a punto estuvo la UD de aprovecharlo inmediatamente, pues el meta Diego metió una mano prodigiosa al lanzamiento de la falta efectuado por Candelas. Y en la jugada siguiente, Herrera volvió a poner a prueba a un Diego cuya figura se iba agigantando.

A medida que pasaban los minutos, el campo parecía más inclinado hacia el área andaluza. El Ibiza fue ganando metros, acumulando cada vez más gente arriba y el Sanluqueño parecía rezar por aguantar el empate. Pero justo cuando peor lo pasaban los de Sanlúcar, ocurrió lo inesperado. Una falta lanzada desde casi el centro del campo encontró la cabeza de Dani del Moral, el único hombre que había acudido a rematar. Su cabezazo superó en parábola a un Álex vendido y Can Misses se heló. Minuto 70 y tocaba remar.

El equipo lo intentó una y otra vez, pero no encontró la tecla. Ñoño dio entrada a Fobi, Javi García y Rodado, quemando todas las balas ofensivas que tenía en el banquillo. De hecho, fue el exjugador del Mallorca B quien gozó de la ocasión más clara, al rematar de volea un córner a bocajarro y toparse una vez más con Diego. Los minutos se agotaron y Gonzalo, ya en el 95, la volvió a terner, pero tampoco supo superar al meta gaditano. Parecía increíble, pero el achique de agua continuo del Sanluqueño surgió efecto y los puntos vuelan para Cádiz. La fortuna dio la espalda al equipo, que ya piensa en el duelo del próximo domingo ante el Villanovense. Y allí, en la remota Villanueva de la Serena, quizá estén ya Cirio y Borriello para aportar la pólvora que se mojó hoy.

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