2-2. El Formentera lo fía todo a la última jornada

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Agárrense que vienen curvas. El Formentera tendrá que jugarse el ascenso directo en la última jornada del campeonato, en un duelo a cara de perro contra el Poblense que promete ser de infarto. Pero atención, que el asunto viene con letra pequeña y calculadora en mano: si los de Sa Pobla ganan este domingo, llegarán a la última jornada con tres puntos de ventaja. En ese caso, al Formentera solo le valdría ganar en casa… y por más de un gol de diferencia, ya que los mallorquines se llevaron el duelo de ida por 2-1. Si los rojinegros vencen por un gol, se igualarían en puntos y en el ‘golaverage’ directo, pero los de Maikel Romero subirían gracias a su mejor diferencia general de goles, ahora mismo favorable por +7. Si el Poblense pincha, entonces bastaría con una victoria o incluso un empate para subir de forma directa a Segunda RFEF. Finalísima en Sant Francesc, y esta vez con todo en juego.

Eso sí, la papeleta habría sido más sencilla si no se hubieran dejado dos puntos este sábado en el campo del Collerense, donde firmaron un empate con sabor a bajón (2-2) tras ponerse 0-2 arriba con un fútbol que daba gusto ver.

Porque los primeros 30 minutos del Formentera fueron una auténtica exhibición. Madariaga andaba suelto, con la brújula fina y las piernas eléctricas. Se sacó un disparo raso que el portero local se tragó con patatas, como si el balón llevara mantequilla. Después, el ‘10’ estrelló otro zurdazo en la cruceta que hizo temblar las redes… aunque sin premio.

El dominio rojinegro era brutal. Tocaban, apretaban, llegaban, y por momentos parecía que estaban jugando en casa. El segundo tanto no tardó: balón largo a Górriz, que usó su físico como si fuera un central del rugby, se deshizo de su marca y definió con categoría. 0-2 y olor a sentencia.

Pero ya se sabe, cuando no rematas a un rival herido, corres el riesgo de que se levante. Y así fue. El Collerense, que hasta entonces solo había visto pasar la pelota, recortó distancias justo antes del descanso con un remate en el área tras centro lateral. Agua fría para los de Maikel Romero.

Y en la segunda parte, más hielo. Nacho remató un córner con la testa para hacer el 2-2 y desatar la locura en la grada local. Mientras tanto, el Formentera intentaba reaccionar con un fútbol más elaborado, dominando la posesión, pero ya sin la chispa del inicio. Rodado tuvo una clarísima que mandó al limbo, y Rabanillo lo probó desde lejos, aunque sin acierto.

Los minutos finales fueron un quiero y no puedo. El Formentera empujó con lo que le quedaba, pero el gol de la victoria no llegó. El 2-2 fue definitivo, y con ello, un mazazo al liderato que ahora depende de lo que haga el Poblense.

El próximo finde, Sant Francesc será un volcán. Se viene finalísima. No hay red, no hay excusas. Será todo o nada. Ascenso directo… o fase de ascenso. Y para eso, los rojinegros tendrán que salir a morder, a rugir y a dejar el alma.

Porque si algo tiene este Formentera es que cuando se juega la vida, muerde hasta el último balón.

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