Hay cargos públicos que se asumen desde la trayectoria, y otros que se asumen desde la convicción. En el caso de Hugo Martínez, actual conseller de Actividad Física y Deporte del Consell Insular de Formentera, ambas cosas coinciden. Joven, cercano y con los pies en el suelo, ha llegado a la política con una idea muy clara: el deporte no es un apartado más en la agenda institucional. Es una herramienta real para cohesionar, para crecer y para cuidar a su comunidad.
Y lo está demostrando con hechos, no con discursos.
El pasado mes de enero, Martínez inauguró una nueva gradería cubierta en el Camp Municipal d’Esports de Formentera. Para muchos, fue una mejora técnica necesaria. Pero para él y su equipo, fue mucho más: fue un símbolo de cuidado. De respeto a los clubes, a los entrenadores, a las familias que se pasan tardes enteras en la banda. No era solo poner un techo, era dignificar un espacio que es, en realidad, un pequeño corazón que late en el centro de la isla.
Y no se quedó ahí. Ese mismo espacio se pensó también como lugar para actividades culturales y conciertos, integrando el deporte en el paisaje social de Formentera. Porque Hugo no ve compartimentos estancos: ve oportunidades de convivencia.
Otra de sus prioridades ha sido dar visibilidad a Formentera como isla activa. No en el sentido turístico hueco, sino desde el orgullo de lo propio. Por eso, se ha volcado en la promoción de pruebas como la Mitja Marató, la Formentera To Run o la All Round Trail, no solo como eventos deportivos, sino como parte del alma de la isla. Competiciones que respetan el entorno, que cuidan el ritmo formenterés y que traen a gente que entiende el deporte como experiencia, no como invasión.
En marzo de 2025, Hugo viajó a la feria ITB de Berlín con ese mensaje: Formentera no quiere masificarse, quiere atraer a quienes valoran lo esencial. A quienes aprecian correr con vistas al mar y sin música estridente, pedalear entre caminos sin alterar el paisaje, o compartir una llegada a meta que huele a sal y a pueblo.
Si algo destacan quienes trabajan cerca de él, es su manera de estar. Hugo Martínez no gestiona desde el despacho. Lo hace desde el contacto real con los clubes, los monitores, las asociaciones y la gente del día a día. Tiene una forma de escuchar que no es protocolaria: es genuina. Y aunque lleva poco tiempo en el cargo, ha sabido transmitir confianza. La de alguien que aún no lo sabe todo, pero quiere aprenderlo bien.
Su apuesta está clara: instalaciones que estén a la altura, actividad física accesible para todos los perfiles, apoyo a la cantera, deporte femenino, eventos sostenibles y gestión con sensibilidad. Una hoja de ruta con visión de futuro, pero con los pies bien anclados en lo que Formentera necesita hoy.
En una política que a menudo envejece antes de tiempo, contar con alguien como Hugo Martínez en primera línea es un valor. Porque tiene lo que muchas veces se echa en falta: energía nueva, ideas claras y ganas de hacer. Sin maquillaje, sin frases huecas, sin vender humo.
Él no necesita disfrazarse de lo que no es. Y en eso, también está su fuerza: en representar a una generación que quiere construir sin perder la esencia de lo que somos.
El deporte en Formentera no vive un boom, vive una evolución tranquila, constante y necesaria. Y Hugo Martínez está ayudando a que esa evolución tenga sentido. Con una gestión que no busca medallas, pero sí bienestar. Que no necesita portadas, pero sí escucha. Que no se llena de promesas, pero sí de acciones reales.
En una isla que siempre ha sabido cuidarse a su manera, tener a alguien que entiende el deporte como parte de ese cuidado es, sin duda, una buena noticia.
