Que nadie se confunda: esto no es un partido de baloncesto. Es una ejecución con música de fondo, luces LED y olor a sobrasada en la grada. El Class Bàsquet Sant Antoni no juega, desguaza. Y en un par de horas (19:30 horas) en el calderón ardiente de Sa Pedrera, el menú tiene nombre y apellidos: CB Prat, al punto y con guarnición de 29 puntos de ventaja.
La ida fue un paseo por el parque, si el parque tuviera trampolines, lanzallamas y música de Rocky sonando en bucle. Los de David Barrio salieron a morder, y acabaron montando una barbacoa con los restos del Prat. El marcador fue grosero, casi obsceno, como esas pelis de acción que no saben cuándo parar. Y aún así, nadie se fía. Porque este equipo, por si acaso, duerme con las botas puestas y el manual del contraataque debajo de la almohada.
Este sábado, la isla huele a sangre deportiva. El CB Prat llega a Ibiza como esos turistas que vienen sin crema solar y acaban en la enfermería: ilusionados, ingenuos y completamente fuera de lugar. Porque Sa Pedrera no es una pista, es un coliseo con parquet. Allí se suda, se aprieta y se castiga con cada rebote como si la vida dependiera de ello. Y si el rival comete el error de respirar demasiado fuerte, alguien del banquillo le clava un triple en la yugular.
El Sant Antoni sabe lo que hay en juego. No se trata solo de una eliminatoria, ni de un pase a la siguiente ronda. Se trata de dejar claro que este equipo no está para medirse con cualquiera, sino para devorarlos. El ascenso no es un sueño, es una hoja de ruta con destino a la Primera FEB, y el CBSA la está siguiendo con precisión quirúrgica y mala leche competitiva.
La grada promete estar hasta arriba. Los de siempre, los nuevos, los que no saben si la pelota es redonda o cuadrada pero quieren la camiseta sudada del MVP. Todos listos para ver cómo su equipo se come otro rival con patatas. Y aunque Barrio se empeñe en hablar de respeto y prudencia, en el fondo sabe que esto huele a sentencia. El Prat tiene una oportunidad entre mil, y ya se han gastado quinientas en la ida.
El baloncesto, a veces, es justo. Y cuando el Class sale con ganas, también es cruel. Así que que nadie se lleve a engaño: A las 19:30 horas, en Sa Pedrera, no hay partido. Hay ajuste de cuentas. Y si todo va como debe, cuando suene la bocina final, en Ibiza no hablarán de pase… hablarán de escabechina.