La UD Ibiza abre un nuevo capítulo en su andadura con una decisión que marca un antes y un después en su planificación deportiva: un total de once futbolistas no continuarán en la disciplina celeste la próxima temporada. Un movimiento significativo que deja entrever la profundidad de los cambios que se avecinan en Can Misses.
Entre los jugadores que no seguirán figuran nombres con peso y trayectoria, como Alberto Escassi o Eugeni Valderrama, piezas que aportaron experiencia en momentos clave de la campaña. A ellos se suman Jesús Álvarez, Javi Jiménez, Antonio Zarzana, Quique González, José Matos y el joven guardameta ucraniano Andrii Chekotun. Todos ellos finalizan su vínculo contractual con el club ibicenco y emprenderán nuevos rumbos lejos de la isla.
A esta lista se suman también tres futbolistas que regresan a sus respectivos clubes tras concluir su periodo de cesión: José Albert vuelve al CD Castellón, Mo Dauda regresa al CD Tenerife y Gori Gracia al Real Zaragoza. Tres apuestas puntuales que no formarán parte del próximo proyecto celeste.
El mensaje institucional ha sido claro y elegante: gratitud y reconocimiento al compromiso de todos ellos durante su etapa en Ibiza. Pero más allá de las formas, esta salida masiva supone un giro importante en la hoja de ruta deportiva. El club parece dispuesto a reconstruirse desde los cimientos, quizá con una plantilla más joven, más competitiva o adaptada a nuevas exigencias.
La afición, atenta y pasional como pocas, ya empieza a especular con los movimientos que vendrán. Porque si algo está claro en este proceso de reconstrucción es que no hay marcha atrás. La UD Ibiza busca renovarse, sacudirse los fantasmas del pasado reciente y recuperar la ambición que alguna vez la llevó a codearse con el fútbol profesional.
Lo que se viene será, sin duda, una transformación profunda. Pero en ese camino, no está de más detenerse un instante para reconocer a quienes, con aciertos y errores, han sido parte del escudo y del esfuerzo colectivo. Porque cada etapa, por breve que sea, deja huella. Y ahora, con la vista puesta en el futuro, es momento de volver a construir. Desde el alma, desde el césped, desde la ilusión.
