Paco Jémez sigue al mando

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En Ibiza no se ha celebrado ningún título ni ascenso, pero la noticia suena a victoria. La renovación de Paco Jémez hasta junio de 2026 tiene algo de conquista silenciosa, de esas que no levantan portadas pero que sostienen los cimientos de un club. En un fútbol cada vez más devorado por el cortoplacismo, la UD Ibiza ha optado por la paciencia y la continuidad, confiando en el hombre que ha devuelto carácter y dirección a un equipo que llevaba tiempo tratando de asentarse con una propuesta firme.

Desde su regreso en noviembre de 2024, Jémez ha ido cosiendo un equipo a su manera, con su sello inconfundible: presión alta, líneas adelantadas, valentía en la salida y un discurso claro dentro y fuera del vestuario. El Ibiza, en muchos tramos, ha sido más reconocible por su intención que por sus resultados, pero ahí radica también el valor de este proyecto. Porque no se trata solo de ganar, sino de saber a qué se quiere jugar, y Jémez lo tiene meridianamente claro.

El club ha querido blindar esa identidad, y lo ha hecho antes de que el tiempo siembre dudas. Renovar a Paco es un mensaje directo a la plantilla, a la afición y a los rivales: este equipo tiene norte, tiene voz, y seguirá caminando con el mismo capitán al timón.

Pero una renovación no es solo una firma; es también un entorno. Y en esa línea, el Ibiza ha movido ficha con sentido. Javier Belman ha ampliado su contrato hasta 2026, una apuesta por la juventud y el compromiso que encaja con lo que pide Jémez bajo palos. También sigue Unai Medina, un lateral de esos que no hacen ruido pero sí vestuario, con 59 partidos a las espaldas y muchas tablas para lo que viene.

La única nota disonante ha sido la salida inesperada de Guillem Molina, que ha decidido poner fin unilateralmente a su etapa en la isla. Una marcha que sorprende más por el modo que por el fondo, y que obliga al cuerpo técnico a mover fichas en defensa. Aun así, el club ha mantenido el tono elegante: agradecimiento y buena suerte. Porque así se hacen las cosas cuando hay proyecto.

Y eso es, precisamente, lo que parece tener este Ibiza: un proyecto. Con sus baches, sus ajustes y sus silencios, pero con una idea detrás. La continuidad de Paco Jémez no es una simple prolongación contractual. Es, en realidad, la confirmación de que el club ha elegido una forma de crecer, una manera de competir y una idea de equipo que va más allá del resultado inmediato.

En un mundo donde los entrenadores duran menos que una racha de victorias, que el Ibiza se aferre a Jémez dice mucho del lugar al que quiere llegar. Porque si algo ha aprendido este club en los últimos años es que sin rumbo fijo, ni la mejor plantilla alcanza puerto. Ahora lo tiene. Y se llama Paco.

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