El final de temporada ha traído consigo una profunda renovación en el vestuario del Class Bàsquet Sant Antoni, que afronta la campaña 2025-26 con importantes despedidas. Cuatro figuras clave, cada una a su manera, han dicho adiós a la entidad ibicenca, dejando tras de sí un legado de compromiso, entrega y momentos inolvidables en Sa Pedrera.
El primer adiós confirmado ha sido el de Jan Zidek. El alero checo, llegado el pasado verano, ha cumplido su ciclo tras una única pero intensa temporada. Con 36 partidos a sus espaldas entre Copa, Liga y ‘play-offs’, y unos números más que solventes (10 puntos por encuentro y casi 20 minutos en pista), Zidek se marcha habiendo grabado su nombre en la historia del club. Inolvidable queda su actuación frente al Ibersol Tarragona, donde firmó 10 triples de 13 intentos, estableciendo un nuevo récord en Segunda FEB. Más allá de los fríos datos, su apellido ilustre y su calidad en el parquet han dejado una huella imborrable en la afición de Sant Antoni.
Otra marcha significativa ha sido la de Isaac Mayo. El escolta catalán, que había recibido una propuesta de renovación, ha optado por redirigir su carrera hacia el baloncesto 3×3, con la vista puesta en los próximos Juegos Olímpicos. En su corta estancia en el club, Mayo se convirtió en un baluarte tanto defensivo como ofensivo, con promedios de 8,6 puntos, un 66,7% en tiros de dos y una energía contagiosa en cada aparición. Su salida deja un hueco difícil de llenar, no solo en la rotación, sino en el alma competitiva del equipo.
La reestructuración también ha alcanzado el cuerpo técnico. Aarón Ortiz, preparador físico durante las últimas tres temporadas, cierra su etapa tras haber sido una pieza esencial en la puesta a punto del equipo. Su trabajo silencioso pero indispensable ha sido clave para que el Sant Antoni compitiera al máximo nivel y rozara el ascenso en dos campañas consecutivas. La profesionalidad de Ortiz ha dejado una marca en la cultura de exigencia y compromiso que el club ha cultivado.
Finalmente, se despide Jaime Llamas, un jugador que encarnó a la perfección los valores del Sant Antoni. Llegado en 2023, el leonés ha disputado 68 partidos oficiales en dos temporadas, mejorando progresivamente sus registros y ganándose el corazón de la afición. Con casi 5 puntos y 3,9 rebotes por duelo en su último curso, Llamas fue más que estadísticas: fue carácter, trabajo en silencio y liderazgo desde la humildad. Su despedida, cargada de emoción y gratitud, resume la conexión especial que tuvo con la isla y su gente.
El Sant Antoni, que ha acariciado el ascenso en los últimos años, entra ahora en una nueva etapa. La dirección deportiva tendrá la difícil tarea de reconstruir un equipo competitivo sin perder la esencia que ha convertido al club en referente del baloncesto pitiuso. Las despedidas duelen, pero también abren la puerta a nuevas oportunidades. Y en Sa Pedrera, como siempre, la pasión por este deporte seguirá latiendo con fuerza.