La UD Ibiza continúa perfilando su plantilla con movimientos que combinan juventud y experiencia, y uno de los nombres que vuelve a sonar con fuerza en Can Misses es el de José Albert. El joven lateral castellonense, que ya dejó destellos de su calidad en el tramo final de la pasada temporada, volverá a vestir la elástica celeste tras el acuerdo alcanzado con el Castellón para su cesión. Un regreso que no solo refuerza la parcela defensiva, sino que añade hambre competitiva a un proyecto que busca reinventarse con talento emergente.
A sus 21 años, José Albert encarna el perfil de futbolista que toda dirección deportiva desea para cimentar el futuro: proyección, compromiso y un margen de mejora que invita al optimismo. Su paso fugaz por la isla, en los primeros meses del año, dejó un grato recuerdo. Ocho encuentros bastaron para demostrar su polivalencia en la banda y su capacidad ofensiva, que rubricó con dos tantos inesperados para un lateral. Más allá de las estadísticas, su evolución durante aquella etapa habló de un jugador que sabe adaptarse, crecer y asumir responsabilidades cuando el equipo más lo necesita.
El Ibiza no ha dudado en apostar de nuevo por el defensor ondense, consciente del impacto que puede tener su regreso en un vestuario que se está renovando sin perder su esencia competitiva. La operación, a falta del habitual reconocimiento médico, supone un movimiento estratégico que responde tanto a las necesidades deportivas como al deseo del propio jugador de seguir evolucionando en un entorno donde ya se sintió importante.
En un mercado de fichajes marcado por la cautela y el cálculo, la vuelta de José Albert tiene un componente emocional que trasciende lo puramente contractual. Su paso anterior dejó huella entre la afición y el club, que ahora le abre de nuevo las puertas con la expectativa de que esta temporada pueda consolidarse como uno de los referentes del flanco derecho. En un Ibiza que busca recuperar protagonismo en la categoría, el trabajo silencioso y la entrega del joven lateral pueden ser el reflejo de un equipo que quiere escribir nuevas páginas de gloria desde la humildad y el esfuerzo colectivo.
El regreso de José Albert no es solo el retorno de un jugador prometedor, es la confirmación de que, en el fútbol, las segundas partes también pueden ser mejores.