El Sant Antoni apuesta por la continuidad: un cuerpo técnico que conjuga experiencia y futuro

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En tiempos de cambios acelerados y decisiones apresuradas, el Class Bàsquet Sant Antoni ha optado por el valor más escaso pero más sólido: la continuidad. El club portmanyí, que prepara su asalto a la temporada 2025-26 en Segunda FEB, ha decidido mantener intacta la columna vertebral de su cuerpo técnico auxiliar, confiando de nuevo en Marc Jàtiva, Cristina Miguel y Bea Pacheco como piezas clave en el engranaje del banquillo. A partir de ahora, el trío trabajará bajo la batuta de Josep Maria Berrocal, un entrenador de largo recorrido llamado a liderar el próximo salto competitivo del equipo pitiuso.

El movimiento no solo refleja estabilidad, sino también una visión clara del proyecto deportivo. Jàtiva, Miguel y Pacheco representan tres perfiles complementarios que han sabido enriquecer el crecimiento del Sant Antoni desde distintas perspectivas. Jàtiva, presente desde 2022, ha sido testigo de excepción —y partícipe— de la transformación de un club que pasó de ser un aspirante local a convertirse en un referente del baloncesto balear. Cristina Miguel, por su parte, ha sabido combinar su labor en el primer equipo con un incansable trabajo de base, que le ha valido el reconocimiento nacional al frente de selecciones de formación. Y Pacheco, llegada más recientemente, ha aportado un equilibrio entre experiencia y conocimiento táctico que ya dejó huella en su primera campaña en la isla.

Más allá de los focos del primer equipo, este cuerpo técnico ha tejido una red silenciosa pero imprescindible: el impulso a la cantera. La apuesta por el desarrollo formativo, lejos de ser una promesa vacía, se ha traducido en programas de trabajo concretos y en el acompañamiento de jóvenes talentos que empiezan a vislumbrar su lugar en el baloncesto senior.

El reto ahora es mayúsculo. Josep Maria Berrocal, con una trayectoria que impone respeto, aterriza en Sant Antoni con el desafío de consolidar al equipo en la exigente Segunda FEB y aspirar a cotas más altas. Para ello, contará con un ‘staff’ que no necesita presentación ni periodo de adaptación. La sintonía está garantizada; el trabajo previo, también.

La temporada 2025-26 promete emociones fuertes en Sa Pedrera. Entre la ambición de nuevos retos y la serenidad que da la continuidad, el Sant Antoni vuelve a apostar por el equilibrio perfecto: mirar adelante sin olvidar lo que le ha traído hasta aquí.

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