Sant Antoni mete miedo: talento, músculo y experiencia para soñar en grande

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El Class Bàsquet Sant Antoni ha decidido dejar de mirar al ascenso como una quimera. Tras dos temporadas quedándose a las puertas de la Primera FEB, el club ibicenco ha dado un golpe de efecto con un mercado de fichajes que no solo ilusiona a su afición, sino que envía un mensaje nítido al resto de aspirantes: esta vez van en serio. Y no es retórica de verano. Es una realidad con nombres y apellidos.

La llegada de Gerard Blat, Rodrigo Gómez y Emil Stoilov supone una triple inyección de calidad, experiencia y proyección en una plantilla que ya contaba con una base sólida y que ahora apunta, con legitimidad, al salto de categoría. Tres perfiles muy distintos, pero complementarios, que elevan el techo competitivo del equipo dirigido por Josep Maria Berrocal.

El fichaje de Gerard Blat es, probablemente, el más simbólico de los tres. El base catalán aterriza en Sant Antoni con un currículum reciente de alto calibre: viene de jugar el ‘play-off’ de ascenso a la ACB con el Cartagena, y lo hizo con peso en la rotación. Sus 44 partidos en la última temporada en Primera FEB, su fiabilidad como director de juego y su experiencia en equipos que saben lo que es subir de categoría hacen de él un refuerzo de plenas garantías. Formará, además, una dupla de quilates con Dani de la Rúa, una combinación que promete ser letal en ritmo, lectura de juego y control del tempo.

En la pintura, el músculo y la sobriedad llegan de la mano de Rodrigo Gómez. Con 2,05 metros de experiencia curtida en los parqués de la Segunda FEB, el ala-pívot gallego regresa a Ibiza tras haber sido uno de los verdugos del Sant Antoni en aquella fatídica final por el ascenso que el Morón le arrebató a los portmanyins. Ahora cambia de bando para aportar presencia física, consistencia reboteadora y una fiabilidad ofensiva silenciosa, pero constante. Conoce la categoría como pocos, ha pisado la ACB, y su madurez competitiva será clave para los momentos de máxima exigencia.

Y si Blat es el cerebro y Gómez el ancla, Emil Stoilov representa el futuro. El pívot internacional búlgaro, de 2,08 metros, llega a Ibiza tras tres temporadas con el Hestia Menorca, donde dejó claro que su crecimiento aún no ha tocado techo. Formado en la cantera del Estudiantes, donde incluso llegó a debutar en la ACB, Stoilov es una apuesta ambiciosa. Capaz de intimidar bajo aros, correr la pista y ofrecer soluciones ofensivas con movilidad y contundencia, es un perfil poco habitual en la categoría, y si encuentra continuidad en minutos, puede convertirse en una pieza diferencial.

No es casualidad que Sant Antoni haya ido al mercado con esta precisión. Las dos últimas campañas dejaron la miel en los labios a un club que ha rozado la gloria sin conseguir paladearla. Este verano, el plan ha sido claro: mantener la base, pero añadir talento probado, físico competitivo y ambición desbordante.

El mensaje está claro: Sant Antoni ya no se conforma con competir. Quiere dominar. Quiere ascender. Y, esta vez, tiene argumentos sólidos para soñar con lograrlo.

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