Potencia eléctrica y alma SUV: así se vive el Mitsubishi Outlander PHEV en Ibiza

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Hay coches que se prueban. Y hay coches que se viven. El nuevo Mitsubishi Outlander PHEV entra de lleno en esta segunda categoría. Gracias a Talaia Motor, concesionario oficial Mitsubishi en Ibiza y Formentera, nos hemos puesto al volante de este SUV electrificado para descubrir no solo sus cifras, sino sus sensaciones. ¿El escenario? Una ruta que mezcla lo mejor de la isla: asfalto, curvas, paisaje y esa mezcla de tradición y naturaleza que solo Ibiza puede ofrecer.

Salida desde Talaia Motor: primeras impresiones

Nada más girar la llave —bueno, en realidad pulsar el botón—, el Outlander PHEV deja claro que ha evolucionado. No solo por su diseño más robusto y refinado, sino por esa serenidad eléctrica que transmite al arrancar en modo EV. Salimos desde el concesionario de Talaia Motor, en las afueras de Vila, con la batería bien cargada y el depósito lleno. La primera parada será Sant Miquel de Balansat, y lo que parece un trayecto sencillo por carretera convencional, se convierte en una pequeña masterclass sobre confort y eficiencia.

Tecnología que se nota, pero no molesta

Bajo el capó, el Outlander PHEV combina un motor de gasolina de 2.4 litros de ciclo Atkinson con dos motores eléctricos —uno en el eje delantero y otro en el trasero— para ofrecer una potencia combinada de hasta 248 CV. Esta configuración permite no solo un empuje sólido en cualquier circunstancia, sino también una eficiencia energética sobresaliente, sobre todo en los trayectos urbanos donde el modo eléctrico brilla con luz propia. Además, su batería de 20 kWh proporciona una autonomía 100% eléctrica de alrededor de 60 kilómetros reales, suficientes para la mayoría de desplazamientos diarios sin consumir una gota de combustible.

El sistema híbrido enchufable funciona como un reloj suizo. El cambio entre el motor eléctrico y el térmico es tan fluido que el conductor casi ni lo percibe. Y eso es parte del encanto: uno puede centrarse en conducir, en disfrutar del entorno, en escuchar música o simplemente en dejarse llevar. Los motores eléctricos en ambos ejes (sí, tracción total permanente) hacen que el coche se agarre al asfalto con una solvencia notable. Y en modo 100% eléctrico, el silencio permite redescubrir sonidos que el motor de combustión solía tapar: el roce de los neumáticos, el viento, incluso la naturaleza de los márgenes de la carretera.

Parada en Sant Miquel: entre historia y modernidad

Aparcamos frente a la iglesia fortificada de Sant Miquel, ese templo blanco que vigila desde lo alto como si el tiempo no pasara por él. El Outlander, con su diseño limpio y líneas marcadas, no desentona. De hecho, hay algo simbólico en esta imagen: pasado y futuro dialogando sin estridencias. Mientras el sol cae a plomo sobre la calzada, el climatizador mantiene el habitáculo fresco sin necesidad de encender el motor de combustión. Detalles como ese hacen que uno entienda que esto no es solo un SUV: es una forma distinta de viajar.

Rumbo a Es Pas de s’Illa: llega la hora de las curvas

Desde Sant Miquel nos dirigimos a uno de los rincones más especiales de la isla: Es Pas de s’Illa. Este tramo final de la ruta nos lleva por un camino estrecho y con carácter, flanqueado por vegetación mediterránea, que desemboca en un enclave mágico. Desde aquí, la vista se abre al mar con una perspectiva inmejorable de la imponente Illa Murada, un islote rocoso que emerge con fuerza frente a la costa norte de Ibiza. Separada del litoral por un estrecho canal, la isla parece flotar, silenciosa y desafiante, entre las aguas turquesas. Es uno de esos paisajes que resumen el alma salvaje de la isla.

La bajada, de unos 3 kilómetros, es un tramo donde el Outlander saca pecho. El control en curvas es sorprendente para un vehículo de su tamaño, y la regeneración de energía al frenar en descenso no solo recarga la batería, sino que transmite una sensación de control total. El chasis responde con firmeza, y la dirección, sin ser deportiva, transmite precisión. Aquí el SUV se comporta como lo que es: un coche pensado para adaptarse a cualquier terreno, sin renunciar al placer de conducción.

Conclusiones tras la ruta: versatilidad sin compromisos

Después de unos 40 kilómetros de ruta mixta, lo que queda claro es que el Outlander PHEV no necesita prometer nada. Lo demuestra todo sobre la marcha. Su autonomía eléctrica realista, su modo 4×4 inteligente, su amplitud interior y su tecnología intuitiva lo convierten en un candidato serio para quien busca un coche de uso diario que también pueda con escapadas más exigentes.

Gracias a Talaia Motor, esta toma de contacto no ha sido solo una prueba, sino una experiencia que deja claro el potencial del Outlander PHEV como SUV electrificado de referencia.

Garantía que marca la diferencia

Mitsubishi respalda la tecnología de su Outlander PHEV con una garantía de 8 años para el sistema híbrido. Esta cobertura prolongada es una muestra de la confianza de la marca en la durabilidad y fiabilidad de su propuesta electrificada, y una tranquilidad añadida para quienes buscan un vehículo preparado para el presente y el futuro., esta toma de contacto no ha sido solo una prueba, sino una experiencia. Y como en todo buen viaje, lo importante no ha sido solo el destino, sino cómo lo hemos recorrido. Y con el Outlander PHEV, el camino ha sido todo un lujo silencioso.

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