El Inter Ibiza sigue moviendo sus piezas en el tablero estival y acaba de cerrar un fichaje que refuerza su apuesta por el talento joven con hambre de fútbol. Alexis Lescano, centrocampista de 24 años, se une a la plantilla del conjunto gualdiazul tras una temporada de notable rendimiento en el Mosconia, club con el que disputó el play-off de ascenso a Segunda RFEF en el competitivo grupo asturiano de la Tercera.
Formado en el rigor del fútbol del norte, donde cada metro de césped se disputa como si fuera el último, Lescano aterriza en la isla con la etiqueta de centrocampista todoterreno. No es un virtuoso de los focos ni un nombre de titulares fáciles, pero sí de esos jugadores que todo entrenador quiere tener: trabajador, disciplinado, y con una capacidad innata para darle sentido al juego desde la base del medio campo.
Su llegada al Inter Ibiza supone un nuevo paso en la construcción de un proyecto ambicioso que quiere dejar atrás las medias tintas y mirar de frente a la parte noble de la tabla. El club, que no ha ocultado su intención de pelear por cotas más altas esta temporada, incorpora así a un futbolista curtido en la intensidad de los partidos decisivos. Lescano sabe lo que es jugar con presión, lo ha hecho recientemente en el tramo final de campaña con el Mosconia, donde fue una pieza clave en la estructura del equipo que soñó con el salto de categoría.
En Can Cantó encontrará un ecosistema diferente, pero con una exigencia que no perdona relajaciones. El cuerpo técnico confía en que su llegada aporte el equilibrio necesario en la medular, una zona donde el Inter busca dominar los partidos desde la inteligencia y el orden. Con buen pie, visión de juego y un notable despliegue físico, el futbolista —de raíces futbolísticas bien arraigadas— promete ser uno de esos nombres que crecen con el paso de las jornadas.
El fichaje de Lescano no solo suma fútbol, también mensaje: el Inter Ibiza quiere más. Y para ello, empieza a rodearse de perfiles que combinan juventud con experiencia en momentos decisivos. Un refuerzo que puede no sonar a bombo y platillo, pero que podría convertirse en el metrónomo silencioso del próximo Inter. Ahora, le toca al verde hablar.