El CB Sant Antoni continúa construyendo un proyecto ambicioso con la mirada puesta en el ascenso, y lo hace sumando talento joven con proyección internacional. La última incorporación al conjunto de Portmany es Mohamed Issouf, un interior de apenas 20 años que aterriza en la isla con el aval de su formación en el baloncesto francés y el hambre de quien aún tiene todo por demostrar.
Issouf, nacido en Treichville (Costa de Marfil) pero con nacionalidad francesa, llega desde el JA Vichy, donde participó en la exigente Elite 2 sub-21, la antesala de la profesionalidad en el país galo. Con 2,02 metros de estatura, combina potencia física, agilidad y una lectura del juego cada vez más depurada. En su última temporada en Francia, firmó medias de 7,6 puntos, 6,1 rebotes, 1,4 asistencias y una recuperación por partido, números que, más allá de su frialdad, reflejan la versatilidad y el impacto silencioso de un jugador en plena evolución.
El joven marfileño-francés puede actuar tanto de pívot como de ala-pívot, aportando en ambos casos intensidad defensiva, presencia bajo el aro y una capacidad notable para rebotear en ambos tableros. Pero más allá de sus condiciones técnicas y físicas, lo que seduce al cuerpo técnico del Sant Antoni es su margen de mejora. Issouf no llega como una estrella hecha, sino como un diamante por pulir en el entorno ideal: un club con aspiraciones reales, un vestuario sólido y una competición como la Segunda FEB, donde el físico importa, pero la madurez táctica marca la diferencia.
La apuesta por Issouf encaja a la perfección con la estrategia del CB Sant Antoni de combinar experiencia con juventud, músculo con talento emergente. En una categoría que exige tanto regularidad como frescura, sumar jugadores con hambre y capacidad de adaptación puede marcar la diferencia en los momentos clave de la temporada.
El fichaje también evidencia el creciente atractivo del proyecto ibicenco, capaz de seducir a promesas internacionales que ven en Portmany un trampolín hacia cotas mayores. La Segunda FEB será el laboratorio donde Issouf pondrá a prueba su evolución, con la vista puesta en el objetivo colectivo: llevar al club un peldaño más arriba, rozando ya el umbral de la ACB.
Mohamed Issouf ya está en casa. Ahora, el balón hablará por él. Y si su progresión sigue la línea esperada, el Sant Antoni no solo habrá reforzado su juego interior: habrá asegurado una pieza clave para construir un futuro aún más ambicioso.
