Eivissa volvió a respirar fútbol de alta emoción este sábado en un Palladium Can Misses que, con cerca de 1.500 espectadores en sus gradas, se convirtió en un hervidero de pasión local. La UD Ibiza, superior de principio a fin, doblegó a una SD Ibiza combativa pero sin reservas suficientes para aguantar el ritmo, firmando un 4-1 que le otorgó el trofeo de las Festes de la Terra y una inyección de confianza para lo que está por venir.
El arranque mostró a un conjunto celeste decidido a imponer su ley desde la posesión y la circulación rápida. Sin embargo, el primer golpe lo asestaron los rojillos, que aprovecharon un saque de esquina para adelantarse por medio de Adri López y dejar helada a la hinchada de la Udé. El tanto espoleó a los de Paco Jémez, que encontraron el empate en la cabeza de Nacho y voltearon el marcador poco antes del descanso gracias a la definición de Mounir tras una rápida incursión por la izquierda.
El segundo acto fue un monólogo celeste. Más rodados y con mayor profundidad de banquillo, los locales ampliaron distancias con una joya de Fede Vico, que elevó el balón sobre el guardameta con una sutileza exquisita. Poco después, el canterano Paolo culminó una gran jugada colectiva para poner el cuarto en el marcador y cerrar cualquier atisbo de reacción visitante. Mientras tanto, la grada de Tribuna disfrutaba no solo del fútbol, sino también de una estampa inolvidable: la luna llena elevándose sobre la catedral de Eivissa, iluminando la noche como un guiño al espectáculo sobre el césped.
El pitido final dio paso a una celebración con aroma de fiesta mayor. Los jugadores de ambos equipos recibieron medallas en reconocimiento a su participación y el alcalde de Eivissa, Rafa Triguero, entregó el trofeo de campeón al capitán celeste, Álex Gallar, ante la ovación de la afición. Como colofón, los presidentes de ambos clubes, Amadeo Salvo y Vicente López, obsequiaron a la concejala de Deportes, Catiana Fuster, con una camiseta personalizada con su nombre, un gesto que simbolizó el agradecimiento al impulso que ha dado al deporte en la ciudad.
El derbi volvió a demostrar que, en Eivissa, la rivalidad local late con fuerza y que un encuentro de pretemporada puede vivirse con la intensidad de una final. Entre goles, gestos de reconocimiento y la postal nocturna sobre Dalt Vila, el Palladium Can Misses cerró una noche que difícilmente se olvidará.