1-1. Empate con sabor a test superado: el Ibiza cierra la pretemporada con solidez en Sabadell

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No fue una función de fuegos artificiales, pero sí un partido de esos que hacen músculo. El Ibiza puso el broche a su pretemporada con un empate trabajado en la Nova Creu Alta ante un Sabadell que aprovechó el duelo para presentar oficialmente a su plantilla. En un choque denso, más táctico que brillante, los de Jémez dejaron buenas sensaciones ante un rival incómodo, de esos que saben enredar los partidos y convertir cada metro en una conquista. Escudero, desde el punto de penalti, adelantó a los arlequinados, y Bebé, con clase y temple, firmó la igualada definitiva en la segunda mitad.

El partido empezó con freno de mano echado. Durante los primeros veinte minutos, ambos conjuntos optaron por blindar su retaguardia, neutralizando cualquier intento de escapada ofensiva. El primer aviso serio lo dio el Sabadell, que obligó a Ramón Juan a realizar una intervención de esas que justifican toda una tarde. Fue un vuelo felino, instintivo y decisivo. Sin embargo, la siguiente jugada le daría premio al cuadro local: penalti discutido y Escudero, sin pestañear, abrió la lata desde los once metros.

La reacción pitiusa fue inmediata. Bebé, siempre eléctrico, dibujó una jugada marca de la casa en el área rival, aunque su disparo acabó manso en las manos del portero. Esa chispa ofensiva fue un anticipo de lo que vendría más adelante. Poco después, Jémez empezó a mover el banquillo con un primer carrusel de cambios: Sergio Díez, Davo, Glezer y Ernesto entraron en escena para oxigenar el once.

El paso por vestuarios no alteró los planes iniciales, pero sí el ritmo. El Ibiza regresó con una versión más vertical y ambiciosa. Ganó metros, apretó por bandas y encontró en Ernesto una amenaza constante. El extremo rozó el gol con un zurdazo que se estrelló en el palo cuando el empate ya se cantaba.

Fue solo el preludio. En el minuto 68, Bebé encontró espacio por la izquierda, encaró con la calma de quien sabe lo que va a hacer y, tras internarse en el área, cruzó un disparo raso que sorprendió al meta local. Un gol que premiaba la insistencia celeste y equilibraba una contienda que, por momentos, se volvió tensa y trabada.

Con el empate, los minutos finales sirvieron para seguir rotando piezas y afinar mecanismos. Paolo tuvo su cuota de minutos entrando por Fran Castillo, en un tramo final sin sobresaltos ni estridencias. El marcador ya no se movería y ambos equipos sellaron un resultado que, más allá de lo numérico, deja conclusiones valiosas de cara al inminente arranque liguero.

El Ibiza, sin brillar, demostró oficio, carácter y una plantilla que ha ganado profundidad en este verano de ajustes. El próximo sábado, el balón ya contará de verdad: será en el Jesús Navas ante el Sevilla Atlético, a las 21:30h. Allí empezará la verdadera batalla.

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