Proyecto 2835: la fábrica de sueños del CB Sant Antoni

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El CB Sant Antoni ha dado un paso firme hacia el futuro con el lanzamiento del ambicioso Proyecto 2835, una apuesta de largo recorrido que busca guiar a sus jóvenes promesas desde la cantera hasta la élite. La iniciativa, que engloba a jugadores de las categorías premini hasta cadete, se presenta como una hoja de ruta que combina formación deportiva, académica y personal, con la vista puesta en que los talentos de hoy puedan convertirse en profesionales entre 2028 y 2035.

Actualmente son 16 los integrantes del programa —13 chicos y 3 chicas—, aunque el grupo no es cerrado. El acceso estará marcado por el rendimiento, el compromiso y el mérito, de la misma manera que también podrá haber salidas si no se cumplen los requisitos exigidos. Aunque la mayoría de participantes pertenecen al CB Sant Antoni, ya se han sumado dos jugadores procedentes del Can Cantó, fruto del reciente acuerdo de colaboración entre ambas entidades.

El espejo en el que se miran los chicos no es otro que el Class Sant Antoni, que compite en la exigente Segunda FEB. Para las jugadoras, la meta pasa por encontrar un espacio en el propio club —que todavía no cuenta con un equipo femenino de élite— o bien abrirse camino en otras instituciones de primer nivel. En cualquier caso, la filosofía es la misma: ofrecer todas las herramientas posibles para que el talento de la isla no se quede por el camino.

El Proyecto 2835 está estructurado en cuatro etapas de crecimiento, adaptadas a la edad y madurez de los jugadores. Se trata, además de perfeccionar la técnica y la táctica, de avanzar en un entorno de academia de alto rendimiento, con entrenadores titulados, preparadores físicos, fisioterapeutas, psicólogos deportivos y nutricionistas. Además, se vigilará de cerca el rendimiento académico, se regularán las cargas de entrenamiento y se elaborarán informes personalizados para medir la evolución de cada deportista.

El mensaje es claro: no existen atajos hacia la élite. El club defiende un proceso lento pero sólido, en el que la disciplina, la resiliencia, la responsabilidad y el trabajo en equipo se convierten en pilares fundamentales. Porque llegar es difícil, pero permanecer en lo más alto exige madurez y preparación integral.

Con esta iniciativa, el CB Sant Antoni no solo siembra la semilla de futuros jugadores profesionales, sino que también cultiva una cultura de excelencia que pretende trascender más allá de la cancha. El horizonte está fijado en 2035, pero la cosecha podría empezar a dar frutos mucho antes.

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