Dos manos salvadoras que valen media Copa del Rey

0
94

En noches como la del miércoles, el fútbol deja de ser una simple cuestión de goles. A veces, se convierte en un ejercicio de fe, de resistencia y de corazón. El Formentera lo entendió mejor que nadie en un Municipal de Sant Francesc que rugió como en las grandes gestas. Sin pólvora durante los 90 minutos ni en la prórroga, pero con nervio, temple y un héroe bajo palos, el conjunto rojinegro logró tumbar a la SD Ibiza desde los once metros, clasificándose para los octavos de final de la Copa Federación.

Un marcador sin estridencias (0-0) podría invitar a pensar en un duelo plano. Nada más lejos de la realidad. Sobre el tapete, dos equipos con estilos opuestos firmaron una batalla de ajedrez más emocional que táctica, con fases de dominio repartido, algún susto aislado y una sensación constante de que cualquier detalle decidiría la eliminatoria. Y así fue.

La SD Ibiza, más rodada y con una plantilla que presume de fondo de armario, quiso imponer ritmo desde el arranque. Tocó con paciencia, buscó los pasillos interiores y trató de generar superioridades en las bandas. Pero el Formentera supo cerrar puertas y ventanas con una defensa sin grietas. Ni una concesión. Ni un despiste. Solo sacrificio y orden. El típico partido que se juega más con la cabeza que con los pies.

Pasaron los minutos y la tensión creció como la marea. En las gradas, mezcla de nervios y orgullo. El público empujaba sabiendo que, cuanto más largo fuera el partido, más opciones había de que la épica hiciera acto de presencia. Y cuando se alcanzó la tanda de penaltis, la atmósfera fue irrespirable.

Ahí apareció Julen Fernández, el guardián de Formentera. Con la sangre fría de los elegidos, adivinó dos lanzamientos y convirtió su portería en una muralla infranqueable. No fue casualidad, fue carácter. Fue preparación. Y fue, sobre todo, ese instinto de los porteros que se crecen cuando más duele fallar.

El Formentera ya sabe lo que es vivir aventuras coperas inolvidables. Su idilio con las eliminatorias a cara o cruz viene de lejos. Ahora, con este triunfo, está a solo un paso de sellar su presencia en la fase final de la Copa del Rey, donde espera nada menos que un equipo de Primera. La ilusión, una vez más, vuelve a latir fuerte en la pitiusa menor.

En una noche donde no hubo goles, el fútbol fue igualmente emocionante. Porque no siempre gana el que más propone, sino el que mejor resiste. Y anoche, el Formentera fue el equipo que nunca dejó de creer.

El ambiente de gala en Sant Francesc se completó con la presencia institucional de Jordi Horrach, presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears, quien aprovechó la ocasión para entregar una camiseta oficial de la Selección Balear a ambos clubes antes del inicio del encuentro, en un gesto simbólico de apoyo al fútbol pitiuso.

No hay comentarios

Dejar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.