Este viernes, Eivissa volverá a vestirse de gala. Pero esta vez, los focos no alumbrarán solo los logros, las medallas ni los aplausos fáciles. En el Claustro del Ayuntamiento, entre las piedras centenarias de Dalt Vila, se celebrará algo mucho más profundo: un encuentro entre el deporte y la vida, entre el orgullo y la memoria.
La Gala dels Premis de l’Esport Ciutat d’Eivissa 2025 llega con el alma un poco tocada. No es casual que la fecha original, el 2 de mayo, quedara marcada por el silencio. La muerte de un joven de solo 14 años, jugador del Club de Bàsquet Sa Bodega, dejó una herida abierta en la piel de toda la comunidad deportiva. El Ayuntamiento no dudó en parar, en respetar el dolor y posponer la celebración. Porque cuando duele, se para. Y cuando se para, se piensa. Y cuando se vuelve… se vuelve con el corazón más grande.
Este viernes 16 de mayo, a las siete de la tarde, los premios volverán a tener sentido. No solo porque reconozcan a deportistas que han dejado el alma en cada entrenamiento o en cada competición. Sino porque servirán también para abrazar, simbólicamente, a quienes no están. Para recordar que el deporte, además de competir, es compartir, cuidar, estar.
La regidora d’Esports, Catiana Fuster, lo dejó claro: esta gala es tanto para celebrar como para recordar. Y en Eivissa, eso no son palabras vacías. Aquí, los clubes son como familias. Las pistas, como patios comunes. Los triunfos se sienten propios aunque el apellido no sea el nuestro. Y las pérdidas… también.
Será una noche luminosa, sí. Habrá nombres que suban al escenario, trofeos que se entreguen y fotos que se hagan eternas. Pero también habrá momentos de emoción, de silencio y de mirada al cielo. Porque el deporte, cuando se hace desde dentro, tiene esa capacidad de unir, de consolar, de decir sin palabras.
No es solo una gala. Es un acto de amor. A los que entrenan a diario sin esperar nada. A los clubes que sostienen sueños con presupuestos ajustados. A las familias que madrugan cada fin de semana para llevar a sus hijos a competir. A quienes ya no están, pero siguen estando en cada partido.
Este viernes, Eivissa no solo premiará. Este viernes, Eivissa sentirá. Porque en esta isla, el deporte no es una actividad: es una forma de vivir. Y, a veces, también de sanar.
