El Claustro del Ayuntamiento se vistió de gala, pero no de esas galas frías y solemnes, sino de las que tienen emoción, aplausos sinceros y un poco de piel de gallina. Este 16 de mayo, la ciudad celebró los Premios del Deporte Ciutat d’Eivissa 2025, y lo hizo con todo: homenajes, premios, sorpresas y, sobre todo, mucho sentimiento.
Porque no fue una edición cualquiera. Este año, la cita estuvo marcada por el recuerdo del joven jugador de baloncesto del Club Sa Bodega, fallecido el pasado 30 de abril. Y ese recuerdo flotó en el aire como un abrazo silencioso a todos esos deportistas que, sin focos ni titulares, se dejan la piel por amor al deporte. La gala fue un homenaje a ellos, a los que hacen del esfuerzo y el compañerismo su bandera diaria.
Pero claro, también hubo premiados. Y vaya nombres.
El título de Mejor Deportista se lo llevó Jordi Marí Llobet, del club Kickboxing Budoka. Lo suyo no va solo de puños y patadas, sino de constancia, sacrificio y un amor por su disciplina que se nota a cada golpe. Un luchador en todos los sentidos.
En la categoría de Mejor Equipo, el honor fue para los cracks del Club Bádminton Pitiús, que siguen siendo referencia en la élite nacional y demostrando que en Eivissa también se vuela bajo techo y con raqueta. Un equipo que no deja de sumar victorias… ni admiradores.
Y el premio a Mejor Club fue para Dojo Ibiza, gracias a su programa “Judo Sin Barreras”, un ejemplo de cómo el deporte puede ser inclusivo, accesible y transformador. Su trabajo con personas con discapacidad demuestra que los valores del judo —respeto, esfuerzo, superación— son universales.
El evento también reservó un espacio especial para dos figuras que han dejado una huella imborrable: José Luis de la Osa y Julia Cano, homenajeados a título póstumo por una vida entregada al deporte. Porque algunos legados no entienden de fechas ni de despedidas.
Además, hubo un buen puñado de reconocimientos para otros deportistas locales que también merecían su momento de gloria. Desde atletas, gimnastas, judocas, boxeadores, nadadores, hasta arqueros y regatistas… La lista fue larga, diversa y muy ibicenca. Entre ellos, nombres como Brenda Santos, Marc Cardona, Izan Rubio, Akram Skelly o Sara Guasch recibieron su merecida placa.
En resumen: la gala fue una celebración del deporte en todas sus formas. Además de premiar a los mejores, se recordó que el verdadero mérito está en cada entrenamiento o en cada caída que se convierte en impulso. Y en cada persona que cree que el deporte es algo más que competir: es crecer, compartir y resistir.
Un año más, Eivissa ha dejado claro que su músculo deportivo está en los resultados, pero también en los valores. Y eso, sin duda, también merece una ovación.