El Portmany exige al Ayuntamiento mejoras urgentes mientras espera la reforma del campo

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El Portmany ha trasladado públicamente su preocupación ante la situación actual del campo municipal de fútbol de Sant Antoni, tras el anuncio del Ayuntamiento sobre la futura ejecución de la esperada reforma integral de las gradas. El club, una institución centenaria del municipio, reclama que, mientras esa remodelación no se materializa, se garanticen unas condiciones mínimas y adecuadas para el desarrollo de su actividad deportiva y social.

El comunicado de la entidad rojinegra no esconde el malestar acumulado durante la temporada recién concluida, en la que las soluciones provisionales ofrecidas han resultado, en palabras del propio club, claramente insuficientes. En un contexto de máxima actividad, con una estructura que sostiene veinte equipos y cerca de 400 jugadores en edad de formación, las carencias en infraestructuras básicas han supuesto un lastre notable para el funcionamiento diario de la entidad.

El Portmany recuerda que, más allá de la necesaria renovación de las gradas, existe una lista de necesidades inmediatas que deben ser atendidas con urgencia: vestuarios operativos, servicios de lavandería y enfermería funcionales, un gimnasio adecuado, espacios de almacenamiento, zona de bar, baños en condiciones y una protección perimetral que garantice la seguridad de los usuarios. Elementos todos ellos que, según el club, no pueden seguir en segundo plano mientras se tramita un proyecto de reforma de mayor envergadura.

La directiva portmanyista ha mostrado su confianza en que el Ayuntamiento haya optado por la opción más adecuada para la remodelación futura, pero insiste en que los plazos administrativos no pueden ser una excusa para desatender el presente. La actividad del club no se detiene, y cada día que pasa sin soluciones efectivas supone un perjuicio para jugadores, técnicos y familias.

Desde el club insisten en que no se trata de una reivindicación aislada ni caprichosa, sino de una exigencia razonable para garantizar la continuidad de una labor formativa y deportiva que va mucho más allá de los resultados sobre el césped. El Portmany no solo representa a Sant Antoni en el terreno de juego, sino que actúa como un pilar de cohesión social y participación comunitaria.

Con el calendario en marcha y la incertidumbre sobre los tiempos de ejecución de la obra, el Portmany deja claro que no puede seguir esperando. Las promesas de futuro son bienvenidas, pero el presente reclama atención. Y en ese presente, el fútbol de base del municipio necesita algo más que soluciones provisionales. Necesita compromiso real.

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