La visita del conseller d’Esports del Consell d’Eivissa, Salvador Losa, al CRIC Ses Salines recientemente no fue un simple acto institucional, sino un reconocimiento tangible al trabajo de base y al compromiso social que esta entidad lleva cultivando desde hace años. En las instalaciones del club, donde conviven pasión, formación y valores, se respiraba el aroma del deporte que transforma, que integra y que va más allá de la competición.
Con más de 250 deportistas federados, 20 equipos en liza y una escuela de verano que ofrece tanto a jugadores experimentados como a principiantes la oportunidad de crecer bajo el paraguas del baloncesto, el CRIC Ses Salines se ha consolidado como una referencia en la isla. Pero lo que realmente marca la diferencia es su apuesta decidida por el deporte adaptado, un terreno donde no solo compiten, sino que lideran.
Este año, el club ha escrito un capítulo especialmente significativo en su historia al organizar su primer Open de baloncesto adaptado, un evento que no solo supuso un hito para la entidad, sino también un paso firme hacia una Ibiza más inclusiva y cohesionada a través del deporte. La iniciativa ha sido pionera a nivel insular y autonómico, abriendo puertas y derribando barreras a través del juego.
Durante el encuentro, Andrés García, presidente del club, mostró al conseller los logros y retos de la temporada, destacando el impacto social que supone dar cabida a todas las capacidades dentro del mismo proyecto deportivo. Losa, por su parte, no escatimó en elogios, subrayando que las ayudas del Consell no se limitan al mantenimiento de los clubes, sino que están enfocadas también a cubrir necesidades específicas. Ejemplos concretos como la adquisición de sillas de ruedas, la cobertura de desplazamientos o la contratación de técnicos especializados dan forma a un compromiso institucional que va más allá del discurso.
La reunión sirvió también como punto de partida para trazar las líneas de colaboración de cara al próximo curso. En palabras del propio conseller, el contacto directo con las entidades deportivas permite afinar el apoyo público y ajustarlo a las necesidades reales de quienes, jornada a jornada, construyen el tejido deportivo de la isla.
Ibiza, tierra de contrastes y convivencia, encuentra en iniciativas como la del CRIC Ses Salines un espejo donde mirarse. El deporte, cuando se practica con propósito, es mucho más que una actividad física: es una herramienta de transformación social. Y allí, en una cancha de baloncesto adaptado, se juega cada día un partido mucho más importante que cualquier marcador.