Con la mirada puesta en una nueva campaña cargada de ambición, la UD Ibiza ha desvelado la hoja de ruta que marcará su preparación estival. El conjunto que dirige Paco Jémez se adentra en una pretemporada diseñada al milímetro, con dos stages diferenciados y una batería de amistosos que servirán de termómetro competitivo antes del arranque oficial frente al Sevilla Atlético.
La primera parada tendrá lugar en tierras alicantinas. Entre el 28 de julio y el 3 de agosto, el equipo se concentrará en La Nucía, epicentro de un primer bloque de trabajo en el que no faltará la exigencia física, la carga táctica ni la intensidad competitiva. Allí, los celestes se enfrentarán a dos rivales con ADN internacional: el Al Arabi de Catar (29 de julio) y el Al Riyadh de Arabia Saudí (3 de agosto). Más allá del componente exótico de los adversarios, los duelos prometen ritmo y nivel, con clubes que compiten en ligas emergentes y que cada verano suben el listón de su competitividad.
La segunda fase, más breve pero igualmente relevante, llegará a mediados de agosto con dos enfrentamientos de alto voltaje frente a las canteras más prestigiosas del fútbol español. El 15 de agosto, los ibicencos visitarán al Atlético de Madrid B, y dos días después harán lo propio ante el Real Madrid Castilla. Como cierre de la preparación, el 23 de agosto se medirán al Sabadell, en un duelo ante un rival con experiencia y bagaje en el fútbol nacional que servirá como último test antes del inicio liguero. Tres exigentes pruebas en el tramo final de la pretemporada que permitirán afinar detalles y medir sensaciones en un contexto que simula la intensidad real de la competición.
Toda esta planificación no es casual. Jémez busca una base sólida que permita al equipo llegar al debut oficial del 30 o 31 de agosto con las ideas claras, el físico afinado y la confianza en alza. El Sevilla Atlético, primer rival en la liga, exigirá el máximo desde el minuto uno, y en Can Misses lo saben bien: cada detalle cuenta en una temporada que se presenta como una nueva oportunidad para asentar el proyecto y aspirar a metas mayores.
Con rivales de culturas futbolísticas distintas, exigencia escalonada y un cuerpo técnico con el rumbo claro, la UD Ibiza empieza a cocinar su futuro inmediato. Y lo hace con la convicción de que los pasos del verano marcarán el compás de una temporada que, como siempre, será tan incierta como apasionante.