El Class Bàsquet Sant Antoni levanta este domingo el telón de la Copa de España (18.00 h) en la pista del Benicarló, un arranque exigente para un equipo que apenas suma dos semanas de rodaje bajo las órdenes de Josep Maria Berrocal. El choque llega pronto, casi como una prueba de fuego, en pleno proceso de ensamblaje de una plantilla prácticamente nueva que aspira a dar un salto cualitativo esta temporada en la Segunda FEB.
El conjunto pitiuso encara la cita con el doble objetivo de competir y, al mismo tiempo, continuar afinando una maquinaria que todavía suena a pretemporada. El club ha confeccionado un bloque ambicioso, diseñado para estar entre los candidatos a luchar por el ascenso a Primera FEB, un sueño que en Portmany llevan dos temporadas rozando con la yema de los dedos. Ahora, con un técnico de experiencia contrastada al mando, la ilusión vuelve a encenderse con fuerza, aunque el camino se presente largo y exigente.
El primer aviso de lo que puede ser este Sant Antoni llegó la pasada semana en el Trofeu Aon, donde los ibicencos plantaron cara al Palmer mallorquín, un rival de categoría superior. La derrota (100-89) no ocultó la valentía de un equipo que, pese a bajas sensibles y un físico todavía por ajustar, fue capaz de mantener la tensión competitiva y dejar chispazos de calidad.
Para el debut copero, Berrocal ya dispone de todo su plantel en la isla, incluida la reciente incorporación de Jeff Solarin, aunque su participación es aún una incógnita tras pocos entrenamientos. Además, algunos jugadores arrastran las típicas molestias de estas fechas, lo que obliga al técnico a manejar con cautela los minutos.
Enfrente estará un Benicarló igualmente renovado, que también busca su sitio en la siempre dura Segunda FEB. El duelo servirá para medir fuerzas entre dos proyectos que quieren crecer rápido y que comparten un mismo reto: llegar a octubre con los deberes hechos y la idea de juego bien definida.
Para el Sant Antoni, más allá del marcador, lo importante será comprobar hasta qué punto las piezas empiezan a encajar. La Copa, en este caso, no solo es un torneo, sino el banco de pruebas perfecto para un equipo que quiere mirar hacia arriba sin olvidar que la verdadera batalla empieza en la liga.
