Por Pablo Sierra del Sol

Vestir el segundo uniforme le ha dado alas al Formentera en el derbi pitiuso que se ha jugado esta tarde en Santa Eulària. El amarillo no ha sido el color del mal fario sino el del triunfo. Y eso que el equipo formenterense tuvo que remontar ante la Peña Deportiva. Los derbis suelen ser rácanos en cuanto a goles, pero a los dos minutos Nacho ya había abierto el marcador para los locales. El ariete culminó con la derecha y desde dentro del área una gran jugada de Pipo.

Todo rodaba a favor de la invicta Peña de Raúl Casañ hasta que llegó Alberto Górriz al rescate del Formentera. Los amarillos, lejos de quedarse grogui, igualaron el duelo cuatro minutos después, a los seis de juego. Cifre puso un centro de manual desde el costado derecho que Górriz remató a gol sin elevar sus 190 centímetros del suelo. Giro de cervicales, impacto perfecto al cuero y celebración efusiva del irundarra que hasta hace unos meses llevaba el ‘9’ en la Peña.

El empate embelleció el partido. Se vieron rachas de bueno juego porque ninguno de los rivales quiso especular. Cristian Cruz obligó a volar a Pepelu, el meta que cubre en Sant Francesc el hueco que ha dejado el ex capitán Marcos Contreras. El portero rozó el trallazo lejano del lateral zurdo para enviar la pelota al larguero, primero, y a córner, después. Fueron los mejores minutos de la Peña, que pudo mandar en el marcador poco después si Pepelu, que estuvo de diez, no hubiera atajado una buena jugada entre Núñez y Fraile.

En el segundo tiempo el partido danzó al son que manaba de las botas de Víctor Ruiz. El pequeño ’10’ formenterense se coronó como el mejor del encuentro cuando armó una jugada por la derecha con el debutante Colau (que había entrado en el primer tiempo para suplir a Cifre, lesionado) y filtró un pase que Maikel recogió en el área. El capitán del Formentera, uno de los pocos supervivientes de las hazañas de la Copa y la temporada en Segunda B, rejuveneció al embocar el 1 a 2 con una definición propia de un killer, a pesar de ser mediocentro. Górriz fue quien más celebró el gol que ponía a los suyos por delante y se ganó los pitos de parte del que fue su público cuando se retiró sustituido minutos después, besándose el escudo de la Sociedad Deportiva Formentera, el equipo que le trajo a las Pitiusas.

La Peña no dejó de intentarlo, pero hincó la rodilla. La defensa formenterense estuvo bien sellada y Pepelu, muy atento en cada balón aéreo, en cada pelota dividida. Incluso Mourelo, que quedó como boya en ataque, pudo ampliar la ventaja visitante con una volea desde fuera del área que sacó lo mejor de Seral: el meta de la Peña clavó su guante derecho en el césped para detener el chut. La intensidad incrementó en el césped y la grada pero el partido se acabó sin lamentar tanganas ni altercados. Era la pasión de un derbi que se apuntó en su casillero quien más lo necesitaba, un Formentera que hoy dormirá a cuatro puntos de una Peña que ya no es líder de Tercera.

Declaraciones postpartido de Iván Gómez

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