1 de Julio. Fecha futbolística por antonomasia. Se acaban contratos, cláusulas de rescisión que bajan, compromisos que empiezan, mercados que se aceleran… y este año, además, es el día 1 post-play-offs. Seis semanas de pasión en el fútbol modesto y semiprofesional que llegaron a su fin ayer. Hoy, ya con el horizonte competitivo despejado, ya están todas las cartas sobre la mesa. Todo (o casi todo, que siempre nos quedará el Reus) el mundo sabe ya si será equipo de Primera, de Segunda, de Segunda B, de Tercera o de Regional. Pero hay 80 equipos que lo que desconocen aún son sus rivales. Son los de Segunda B, que a partir de hoy han de esperar a la confección de los cuatro grupos que apruebe la Federación los próximos días.

Los dos equipos pitiusos que disputarán la Segunda División B la próxima temporada, la UD Ibiza y la Peña Deportiva, jugarían, si se sigue la “tradición”, en el Grupo 3, el que suele reunir a los equipos mediterráneos. Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, y ocasionalmente, Aragón, son las comunidades que abastecen este grupo tercero. Esta norma no escrita la rompió la UD el año pasado, en el que jugó en el grupo 4, el del Sur de la Península, caso Lorca mediante. Esa anomalía, que acabó por no gustar a nadie, se corregirá este año, y el Ibiza volverá a casa. Siempre en teoría…

Pero el rompecabezas de los grupos no es tan sencillo como pueda parecer. Ayer, en el último día de play-off, se confirmó la presencia en Segunda B el año próximo de tres conjuntos más que, a priori, deberían ir a parar al grupo 3: el Atlético Baleares, tras caer de manera cruel ante el Mirandés y quedarse sin ascenso a la Liga 123; el Prat barcelonés, ascendido desde tercera, y el sorprendente La Nucía alicantino, que subió por primera vez en su historia con un gol en el minuto 93 ante el Linares de Juan Arsenal. Con ellos, son 23 en total los conjuntos a los que les pertocaría caer en el grupo tercero. 11 catalanes (Nàstic, Reus, Olot, Badalona, FC Barcelona B, Lleida, Sabadell, Espanyol B, Llagostera, Cornellà y Prat), 7 valencianos (At. Levante, Castellón, Valencia Mestalla, Villarreal B, Orihuela, Hércules y La Nucía), 3 baleares (UD Ibiza, Peña Deportiva y At. Baleares) y 2 aragoneses (Ebro y Ejea). Esos serían los rivales de los nuestros en una liga apasionante. Pero sobran tres.

A primera vista, la solución más sencilla pasaría por eliminar de la ecuación a los conjuntos maños y enviarlos al Grupo 2, a competir contra navarros, vascos, riojanos y asturianos. Allí podría ir a parar también el Lleida Esportiu, que incluso ha solicitado a la Federación ese cambio. Otra opción es que el Orihuela o incluso La Nucía, poblaciones muy cercanas a la Región de Murcia, pasaran al grupo 4. Hasta ahí la lógica. Pero ojo, porque podría haber también cambios para los isleños…

Estos días son muchas las propuestas surgidas de aquí y de allá. Y algunas, sugieren la posibilidad de “mover” a los conjuntos baleares a otro grupo más antinatural. El mal menor podría ser ir al Grupo 1, con los equipos madrileños, gallegos y castellano-leoneses. No parece una opción descabellada, pues tan solo los desplazamientos a Galicia se presentan complicados. ¿Los mayores peligros? El recién descendido Rayo Majadahonda, históricos renacidos con otros escudos como Burgos o Salamanca, la sempiterna Cultural Leonesa o dos filiales de acorazados como Real Madrid y Atlético.

Otro factor a tener en cuenta es el de la diferencia de nivel que pueda existir entre un grupo y otro. Echando una ojeada rápida a los 80 equipos, parece, sólo parece, que los grupos 3 y 4 pueden ser los más duros. El 3, con la presencia de muchos aspirantes a play-off como los vecinos Nàstic y Reus (si es que finalmente puede competir en Segunda B), el todopoderoso Hércules, el Atlético Baleares de Manix Mandiola (alicantinos y palmesanos se quedaron sin ascenso a Segunda en el útlimo partido), los potentes filiales de Barça, Espanyol, Valencia o Villarreal, el Cornellà, habitual de los play-offs o el Castellón, la bestia dormida. Terrorífico, grupo que invita a huir.

Tampoco se presenta demasiado alentador el grupo 4. Córdoba, Recreativo de Huelva, Melilla, Cartagena, UCAM Murcia, Badajoz o Murcia no son precisamente peritas en dulce.

Más asequibles parecen el grupo 1 y el 2. Sobretodo el 2, el del Norte. Más allá de algún filial como el del Athletic Club, la Real Sociedad o el Sporting de Gijón, o históricos como el Logroñés y el Barakaldo, no aparenta mucho más peligro. Desgraciadamente, la opción de que Ibiza y Peña acaben paseando su fútbol por el Cantábrico parece remota.

Habrá que esperar aún para conocer como resuelve la Federación este puzzle. Ahora es momento de presentar propuestas, de las que el máximo organismo nacional escogerá la ganadora. En todo caso, y eso sí que ya no nos lo quita nadie, espera un año apasionante para el fútbol pitiuso, con dos conjuntos en Segunda B, una circunstancia que sólo se ha dado dos veces en la historia. La temporada 2008-2009, con la SD Eivissa y la Peña Deportiva, y la 2017-2018, con Peña Deportiva y Formentera. Los 4 descendieron. Seguro que la próxima temporada el pronóstico mejora.

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