Los años deportivos de Peña Deportiva y Formentera presentan bastantes similitudes. Ambos comenzaron 2018 en Segunda B y lo cerrarán en Tercera. Ambos han vivido la crueldad de un descenso y ahora exhiben poderío un escalón más abajo, líder y segundo, respectivamente, en el grupo XI de Tercera División. En el caso de los de la Villa del Río, su paso por el fútbol de bronce fue una travesía por el desierto. Siempre, prácticamente desde el principio, en posiciones de descenso, se pasó el curso nadando para acabar muriendo en la orilla.

El bloque de Dani Mori comenzó 2018 colista con tan sólo 12 puntos. Muy optimista había que ser para creer en la permanencia, pero las prestaciones del equipo mejoraron hasta el punto de que se soñó despierto con la salvación. La rozaron, pero el buen rush final no alcanzó. En la penúltima jornada, en el campo del Ebro, Guille Andrés envió un penalti al limbo y ahí se firmó la sentencia peñista. Tercera temporada en Segunda B en su historia, tercer descenso.

Se avecinaba tormenta en el conjunto peñista en su regreso a Tercera. Estampida de futbolistas, relevo en el banquillo, con la llegada de un Raúl Casañ sin experiencia en la categoría y dudas respecto al nuevo proyecto confeccionado. Pero la realidad ha devuelto la sonrisa a la parroquia peñista. El conjunto blanco domina hasta el momento con mano de hierro la liga y cierra 2018 líder, muy líder, de un campeonato que parece tener amo. Los Pipo, Jaume Vidal, Marc de Val, Cristeto o Fraile han devuelto la ilusión a una afición que vivió un año muy difícil en Segunda B y que ahora sueña con el regreso por la puerta grande al tercer escalón del fútbol nacional. Sus números de récord le dan licencia para soñar.

Un sueño precisamente es lo que parecía vivir el Formentera cuando saludó al 2018. El equipo inició el año octavo clasificado del Grupo 3 de Segunda B y en el cuadro de octavos de final de Copa del Rey, dónde esperaba el Alavés. Increíble, pero cierto. Pero fue volver de Navidad y desatarse la tormenta. Como era de esperar, el conjunto vitoriano despachó al Formentera, que, eso sí, dejó una buena impresión (1-3 en Sant Francesc y 2-0 en Mendizorroza). Hasta ahí todo en orden. Pero entonces le estalló la bomba en las manos. La marcha de Fernando Liñán y Álvaro Muñiz, éste acompañado de una soberana rajada al entrenador, ambos a la UD Ibiza, precipitaron el adiós del técnico Tito García Sanjuán. El equipo ya había entrado en una racha complicada de resultados en liga, que no mejoró con la llegada al banquillo de Juan Arsenal. Poco a poco, pinchazo a pinchazo, al Formentera se le fue escapando la permanencia entre los dedos y acabó dando con sus huesos en Tercera en la última jornada, en Peralada, con una derrota cruel que le condenó a un descenso que nadie habría podido imaginar en diciembre.

El retorno a Tercera trajo lógicos cambios al equipo. La manija del grupo fue concedida a un jovencísimo Iván Gómez, quien, pese a un inicio dubitativo, ha llevado a su equipo a cerrar 2018 en una meritoria segunda posición. La plantilla cambió de arriba a abajo, continuando en Sant Francesc tan sólo algún veterano de guerra como Bonilla, Samu San José, Maikel o el irreductible Javi Rosa (aún inédito esta temporada por la lesión que sufrió en Peralada). Tan sólo la sorpresiva marcha del director deportivo, Pirri y la posterior del jugador franquicia hasta el momento, Víctor Ruiz, éste con destino a la Primera División suiza, han hecho que se tambalee algo el magnífico momento deportivo del club. De todos modos, la Sociedad Deportiva Formentera pinta bien y parece una apuesta segura para disputar el play-off.

SAN RAFAEL, EL TRIUNFO DE LA CONSTANCIA

Un año más, al San Rafael le ha tocado fajarse como puede en la Tercera balear. Los blues vivieron el curso pasado una temporada tempestuosa, con más tropezones de lo que es habitual en el club de Sa Creu, que incluso le costaron el cargo al sempiterno Vicente Román, en lo que acabaría siendo un viaje de ida y vuelta para el gallego. Juan Ibáñez, Buti, se hizo cargo del equipo y acabó evitando el descenso con cierta tranquilidad. En verano, en cambio, el valenciano abandonó el banquillo azulino antes siquiera de empezar el campeonato y la entidad que preside Paco Bonet optó por volver a llamar a Román. La apuesta parece que funciona, pues el San Rafi, una vez más, está a la altura y parece que no pasará demasiados apuros para salvar la categoría. El plantel rafeler se comerá las uvas en la mitad de la tabla, una posición que la gran mayoría firmaría en Sa Creu.

CD IBIZA: LA REVOLUCIÓN

Si algo nos ha dejado este 2018 es también una certeza en Can Misses: no sólo de la UD vive Vila. Este año que se acaba será también para siempre el del ascenso del Club Deportivo Ibiza a categoría nacional, el del salto de un club de Interpueblos al semiprofesionalismo autoimpuesto por los nuevos mandameses del heredero de Sa Deportiva.

El CD dominó con mano firme la Liga Regional pitiusa, hasta llevarse el título. Después, en el play-off, el equipo entrenado por Iván Córdoba acabó ascendiendo con muchísimo sufrimiento, en la prórroga, en la eliminatoria final contra el Andratx. Ahí cambió todo. Ahí nació otro CD Ibiza.

La entrada de nuevos patrocinadores y de una nueva directiva revolucionó el verano en las oficinas de la calle Campanitx. Llegó Sergio Tortosa como director deportivo, llegó un nuevo técnico, Antonio Manuel Racero, Puma y ahí comenzó un carrusel de fichajes que convirtió al equipo en una suerte de selección del fútbol pitiuso. Contreras, Terán, Ortiz, De las heras, Pomar, Devesa, Tarrés… todos viejos conocidos para una afición que, eso sí, no ha acabado de responder, más pendiente de las vivencias de la UD en Segunda B. La trayectoria del equipo, algo errática, hace difícil predecir si el sueño de disputar el play-off se acabará cumpliendo o no. Veremos.

REGIONAL: GUERRA ABIERTA POR EL TÍTULO

Como hemos dicho, el último rey de la Regional fue un CD Ibiza que ahora espera heredero al trono. Por el camino quedaron varios candidatos a la nueva contienda. Esta temporada, parece que el pastel se repartirá principalmente entre tres comensales, sin descartar ni desmerecer a ningún otro. Eso sí, Inter Ibiza, Ciudad de Ibiza (filial de la UD) y Portmany parecen los claros aspirantes al título. De momento, ha sido el filial de Amadeo Salvo quien se ha hecho con la Copa, título menor que no tiene por qué ser premonitorio. De aquí a mayo se pone en juego quién representará a las Pitiusas en el play-off de ascenso a Tercera. Y todos quieren jugarlo. Veremos si la UD mete a su filial un escalón más arriba, si el Inter de Carlos Fourcade cumple al fin su sueño, si Sant Antoni vuelve a tener equipo en Tercera 15 años después o si algún otro outsider da la campanada.

JUVENILES: UN AÑO PARA OLVIDAR CON VARIOS DESCENSOS

Seguramente, ha sido en la categoría juvenil donde el fútbol pitiuso ha flaqueado más en el año que acaba. La Peña Deportiva empezó 2018 en División de Honor y lo cierra en Nacional, tras una desastrosa temporada en la máxima categoría en la que, de la mano de Raúl Casañ, nunca fue capaz si quiera de llegar a avistar de lejos la permanencia. Este año, transita por la Nacional en la zona de nadie, sin apuros pero tampoco parece que con opciones de volver a Honor.

No fueron mucho mejor las cosas en Nacional, pues hasta dos equipos pitiusos descendieron. Ni Penya Blanc-i-blava, en su estreno en la categoría, ni Portmany supieron lidiar con los equipos de toda baleares y cayeron al pozo de la juvenil pitiusa. El contrapunto positivo lo puso en Junio la UD Ibiza, que consiguió el ascenso a una Juvenil Nacional que, de momento, le está viniendo demasiado grande.

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