Crónica patrocinada por Restaurant Sa Caleta

Víctor M. Victoria Ha llegado la hora de la verdad. La UD Ibiza afronta el partido más trascendental de su corta historia deportiva, que le puede valer para dar el ansiado salto de categoría al fútbol profesional, la meta que persigue con ahínco desde su reciente fundación. Los hombres de Juan Carlos Carcedo se enfrentan este domingo a las 12 horas al rocoso UCAM Murcia en el definitivo duelo del campeonato, que cierra la fase final de ascenso que se está disputando en tierras extremeñas y asegura un billete, en caso de victoria, para militar en la Segunda División del fútbol español.

Cuesta creer que un lugar de la trascendencia turística y la proyección internacional de Ibiza jamás haya estado en los altares del panorama futbolístico, pero es del todo cierto. El joven pero ambicioso proyecto que dirige Amadeo Salvo, creado en julio de 2015, ha ido sin embargo creciendo a pasos agigantados, y ahora se encuentra en la antesala del, probablemente, escenario propicio para catapultarlo a la élite futbolística nacional. La tan citada eliminatoria contra el FC Barcelona en Copa del Rey es un ejemplo de lo que puede ser, en caso de triunfo, el futuro de la mayor de las Pitiusas en los próximos años.

No existen precedentes pues de semejante evento tan decisivo, pero el club celeste lleva trabajando con perseverancia y convicción hasta límites insospechados, que le han llevado a ser líder indiscutible de su grupo de principio a fin, para dominar con puño de hierro la categoría. La afición, obviamente, está volcada con el equipo, y muchos de ellos se desplazarán al Nuevo Vivero de Badajoz, hasta un millar según datos del club, lo que viene a demostrar la ilusión que existe en la isla por la trascendental e histórica cita.

La plantilla que dirige Juan Carlos Carcedo lleva desde este jueves concentrada en Elvas, Portugal, el mismo lugar donde se preparó para el agónico partido contra el Real Madrid Castilla de Raúl González que se ganó en la prórroga gracias a la mejor clasificación en liga regular de los ibicencos. El grupo al completo se ha desplazado para tierras extremeñas tras hacer escala en Madrid, incluidos los lesionados Manu Molina y Sergio Cirio. La plantilla se conjura para momentos históricos, conscientes de lo mucho que hay en juego y de lo que, presumiblemente, será complicado de alcanzar.

Dos aficionados del Ibiza soplan la caracola durante el pasado partido de Copa frente al Barça.

“La UD Ibiza es un equipo de Regional que tiene que estar dos años en Regional para luego subir a Tercera, y así sucesivamente”, dijo Amadeo Salvo el 7 de agosto de 2015, cuando su proyecto daba los primeros pasos. Desde entonces, ascensos y más ascensos, números de vértigo que ponen negro sobre blanco la única aspiración del club isleño: un hueco entre los grandes. El camino, sin embargo, no ha sido del todo fácil por supuesto, también han habido desencantos. ¿Qué piedras ha encontrado en el camino?

La principal, la decepción del no ascenso el curso pasado. Fue frustrante para la entidad ver cómo el Cornellá dejaba sin aliento a los ibicencos en la fase de promoción disputada el julio pasado en solo 16 minutos. Aquella UD Ibiza, entonces dirigida por Pablo Alfaro, no registraba los guarismos de ahora. Y a grandes males grandes decisiones, y más en la mente del ambicioso Amadeo. El técnico salió de Can Misses y llegó el segundo del exitoso Unay Emery.

Desde que llegó Carcedo, la trayectoria ha sido casi inmaculada. Liderato con muchos puntos de distancia con victorias de renombre en Liga, como contra el Hércules de Alicante, y otras en Copa del Rey, frente al Celta de Vigo, llenaron de ilusión a la parroquia celeste. Ni siquiera después de asegurarse el “playoff” de ascenso, el equipo relajó su insaciable ritmo de puntuación. El último 4-0 contra el Nàstic de Tarragona, equipo con una gran plantilla que aspiraba a regresar a la categoría de plata, es el mejor ejemplo del compromiso del grupo unionista con lo que se está jugando.

Las sensaciones, pues, son inmejorables. Pero la competición dicta otra cosa. Cualquier error, cualquier detalle puede echar al traste lo recolectado en nueve meses. El sistema obliga a ser el mejor en partidos únicos, con máxima tensión y todo en juego para ambos contendientes. También por parte del bando murciano, por supuesto, que lleva años apostando por un proyecto de absolutas garantías en busca de un hueco en el fútbol profesional, que ya visitó fugazmente en la temporada 2016/17 la categoría de plata.

Y ellos son el mejor ejemplo de que la fiabilidad del curso no es sinónimo de éxito. El UCAM Murcia acabó segundo en la fase de grupos, por detrás del Linares, pero el equipo jienense fue después eliminado por el Amorebieta, mientras el murciano se cargó en los penaltis al todopoderoso Barcelona B, que trazaba, en esa fecha, una trayectoria imparable. ¿Te garantiza pues todo lo anterior alguna probabilidad de éxito?

Como hemos dicho, no. Pero Carcedo y su plantel tienen la absoluta certeza de que han hecho todo lo posible para conseguir el objetivo. Ibiza no debe esperar más; está lista para dar el salto de categoría. El domingo, a las 12 horas, comienza la resolución final. Y Fútbol Pitiuso dará testimonio de ello.

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