“Se me cruzaron los cables”

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El intento de agresión tuvo lugar en Can Cantó el pasado lunes (Foto: www.futbolpitiuso.es)

@futbolpitiuso El padre del jugador alevín del Insular que trató de agredir a Marcelo Pintos, el entrenador de su hijo, el pasado lunes durante el partido que enfrentó al conjunto local y al San Carlos en Can Cantó, ha dado la cara después del bochornoso incidente que protagonizó delante de los jóvenes futbolistas. El progenitor, que ha preferido permanecer en el anonimato, se ha sincerado en Diario de Ibiza, rotativo que publica hoy las declaraciones de esta persona.

El padre explica que se siente “arrepentido” y que desea “pasar página” cuanto antes después de su lamentable y vergonzosa acción. “Lo que he hecho es injustificable y acepto las consecuencias. Todos nos equivocamos una vez en la vida y a mí me ha tocado esta”, sostiene esta persona, que añade: “Me están linchando en las redes sociales. Me pasa porque me lo merezco, pero no es agradable”.

El progenitor del joven de 11 años del Insular relata los motivos que le llevaron a intentar agredir al técnico. “Vi llorar en el banquillo a mi hijo, pedí explicaciones a Marcelo y me mandó callar. Allí fue cuando se me cruzaron los cables. He jugado toda mi vida a fútbol. Entiendo a los entrenadores y para mí eran como una figura paterna. Los pequeños juegan para ser educados en unos valores. Es algo que venía de atrás y explotó este día”, indica.

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“Por suerte evitaron que la cosa fuera a mayores. Cuando me calmé pensé: ‘¿Pero qué he hecho? La que he liado’. Es algo que jamás debería pasar delante de los niños”, agrega el padre del pequeño futbolista, que se muestra tremendamente arrepentido por su intento de agresión. “Entenderé si no me dejan entrar dos meses o toda la vida a un campo de fútbol, pero es que yo tampoco lo haría”, confiesa.

“¿Cómo me presento yo allí después de lo que he hecho? Es algo que ya les dije personalmente y ya pedí perdón a todos los padres del club. Pero la forma con la que ha actuado Marcelo con mi hijo y con alguno más del equipo no es la correcta”, critica el progenitor, que asegura no haber hablado todavía con el preparador del equipo de su hijo.

“Insisto en que no es justificable lo que hice, pero salté cuando vi a mi hijo pasándolo tan mal. El pasado viernes, delante de mi mujer, el niño le tendió la mano a Marcelo y no se la dio. Ha llegado muchas veces llorando a casa. Yo ya le había dicho que había jugado dos cuartos y era muy posible que no volviera a salir al campo, pero que no se preocupara”, afirma el progenitor, que se enfureció cuando vio llorar a su hijo y según comenta, Marcelo le respondió de muy malas maneras.

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