V. R. / noudiari.es La Peña Deportiva ha vuelto a la Segunda División B por la puerta grande, con un triunfo de prestigio ante el filial del Real Oviedo por 4 a 3 en el campo municipal de Santa Eulària y un juego brillante por momentos y contundente en ataque con el que ha tenido a su rival contra las cuerdas de principio a fin.

Los peñistas han llevado la manija del partido desde el comienzo. Sin complejos y con verticalidad,  el conjunto de Raúl Casañ ha metido a su rival en su propia parcela y su empuje no ha tardado en tener recompensa en el marcador. Solo ha tardado seis minutos el bloque local en abrir el marcador y tomar ventaja en el luminoso gracias a un disparo raso, cruzado y preciso de Nacho desde la derecha que ha acabado en el fondo de las mallas.

El gol ha tenido ha dado alas a los de casa, que lejos de conformarse han ido a por más. De hecho, solo cuatro minutos después Pipo ha podido marcar de nuevo para los blancos, pero el portero ha sacado una mano providencial para evitar el tanto.

No ha tardado en llegar, sin embargo, el segundo de la Peña, que a los 20 minutos ponía tierra de por medio con un buen gol de Marc Fraile ante la salida del meta visitante. Con 2 a 0 en el marcador, el Oviedo ha estirado líneas y ha empezado a arriesgar, pero no era capaz inquietar a su adversario, bien plantado en defensa.

En el descuento del primer tiempo y en un córner, el Oviedo, ha aprovechado un error de marcaje para recortar diferencias con un cabezazo de Ugarte, que ha rematado de cabeza a placer para colocar el cuero en la red. Parecía que el 2 a 1 iba a ser el resultado con el que moriría el primer acto, pero Fran Núñez, en el 48, marcaba el tercero para la Peña en un nuevo fallo defensivo, este en el área contraria.

Una Peña desatada
La segunda parte arrancó como había terminado la primera, con la Peña cerca de la portería contraria y buscando el gol sin desmayo. Pero sería el Oviedo el que marcaría primero tras la reanudación. Tras una contra local que podría haber significado el 4-1, Roberto Alarcón halló una autopista sin tráfico en el centro del campo para sacar un zapatazo desde la frontal ante el nada pudo hacer Seral en el minuto 48.

Acortaba diferencias el conjunto asturiano, aunque eso no fue suficiente como frenar a una Peña desatada en ataque que, solo cuatro minutos más tarde, volvía a batir la meta ovetense con un tanto del bigoleador Fran Núñez, imparable, participativo e incisivo en tareas ofensivas, imprescindible para el engranaje casi perfecto en esta primera jornada. En las postrimerías del partido, el Oviedo marcaba el tercero, pero no hubo tiempo para más.

Al margen de los goles, importantes como casi ninguna otra cosa en el fútbol, de la Peña de esta primera jornada cabe destacar la mente preclara que parece tener el grupo sobre lo que cada uno de sus jugadores debe hacer sobre el terreno de juego. Un primer paso para crear un estilo y una forma de juego que le conduzca a la permanencia sin que tenga que pasar penurias.

Aunque esto solo ha hecho que empezar, los peñistas han comenzado la Liga de la mejor manera posible: con una victoria que le da tres puntos y un juego que invita, sin dudas, al optimismo.

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