Pablo Alfaro repite con frecuencia que los partidos en Segunda División B se tienen que cocinar a fuego lento. En el Campo de O Vao, este mediodía, el clima invitaba a dejar que la marmita cociera sin prisa ninguna, como si se preparara un revitalizante caldo gallego. La lluvia y el viento han sido dos protagonistas más en un Coruxo – Ibiza que, pese a la constancia de los visitantes para no perderle la cara al partido en ningún momento, ha terminado sin goles.

Ni verdiblancos ni celestes pudieron deshacer el empate a cero con el que comenzó un encuentro que produjo un gran desgaste físico en ambos conjuntos. El Ibiza conservó la pelota en su poder durante grandes fases de la primera mitad. Germán se golpeó en los primeros compases de juego. La acción obligó al portero a recibir asistencia para continuar bajo palos con un vendaje en la cabeza.

Rodado había probado fortuna en el primer minuto con un disparo, pero la oportunidad más clara para el Ibiza llegó pasada la media hora. Javi Lara sacó un córner y su tocayo Javi Pérez remató alto. Morillas, con un disparo lejano, y Núñez, poniendo un buen pase raso al corazón del área, inquietaron a la zaga del Coruxo. El primer acto estaba a punto de finalizar cuando un chut de Javi Pérez, nuevamente al ataque, pudo fusilar a Alberto, el meta gallego. El balón se fue desviado.

En la segunda mitad los locales querían llevar la iniciativa haciendo gala del juego directo, una de sus mejores bazas. Gonzalo, providencial, cortó una peligrosa contra el Coruxo en una acción que vino precedida por una caída de Javi Pérez en el área viguesa que el colegiado no interpretó como penalti. Minutos después, Rodado besó el césped de la frontal, pero tampoco se señaló falta sobre el ‘9’.

Esas jugadas fueron la antesala de unos cambios que comenzaron con el trueque Carbia por Raí en el extremo derecho. Poco después, cumplida una hora de juego, Arranz entró por Lara y, más tarde, Diego Mendozasustituyó a Sergio Cirio. Con estos tres futbolistas refrescando al equipo, el Ibiza no dejó de atacar y de intentar abrir la lata del Coruxo. Disfrutaron los insulares de varios lanzamientos de falta, pero no estuvieron acertados en la ejecución.

El partido se fue consumiendo entre algunos tímidos arreones del equipo vigués que no inquietaron a Germán. Con el pitido final, el Ibiza metió un punto en la maleta para regresar a la isla después de visitar a uno de los rivales más correosos de la categoría.

Foto cedida por el Coruxo CF

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