El derbi entre el Portmany y la Penya Blanc i Blava ha acabado como empezó, con el marcador sin goles. Un resultado que no beneficia a ninguno de los dos equipos, que estaban obligados a ganar para salir de los puestos de descenso. Queda una jornada menos en el calendario y tanto unos como otros tienen muy complicado salvar la categoría, aunque las matemáticas, cuando quedan dos fechas por disputarse, aún les permiten afrontar el último arreón liguero con optimismo. Como dice el dicho, mientras hay vida, hay esperanza y los dos conjuntos ibicencos se abrazarán a ésta en un final de infarto.
El Portmany, decimoquinto con 27 puntos, tiene la salvación, que marca el Manacor B con 31 dígitos, a 5, por lo que para jugar una temporada más en el torneo autonómico tendría que ganar los dos partidos que le quedan, ante el Ciudad de Palma (a domicilio) y frente al Atlético Baleares (en casa) y que sus más directo rival en la lucha por no caer al precipicio no puntúe. Sin duda, una empresa tremendamente complicada, aunque no imposible para un plantel que tendrá que poner toda la carne en el asador y esperar resultados de terceros.
La Penya Blanc i Blava, por su parte, es decimosexta con 25 puntos, aunque, al contrario que sus vecinos de San Antonio, tiene un partido menos (el que debe disputar el próximo 4 de abril ante el Menorca en su feudo). Los de Poldi tienen la permanencia a 7 dígitos, pero si ganan los tres partidos que le quedan sumarían 9 puntos y podrían aspirar a salvar la categoría. Sin duda, el partido que puede marcar el éxito o el fracaso de los ‘periquitos’ es el de la penúltima jornada, el que les mide en casa al Manacor B. Los de Can Misses 2 cierran el campeonato en el campo del Playas de Calvià. Foto: Foto Deportiva Ibiza