¡Siete maravillas en Ibiza! Un 7 mágico, Cedric y la danza del triunfo

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En una jornada digna de ser contada por los bardos del fútbol, Ibiza se convirtió en el escenario de un cuento de hadas futbolístico este 7 de abril, dejando atrás una sequía de victorias tan larga que algunos empezaban a buscar lluvias de goles en el baúl de los recuerdos. ¿El héroe (o quizás el mago) de esta historia? El inimitable Cedric y su camiseta con el número 7, un símbolo que, al parecer, tiene más poder que el hechizo de un druida.

Cuando Cedric pisó el estadio, no venía solo; traía consigo una camiseta marcada con el número 7, ese dígito místico asociado con la suerte desde tiempos inmemoriales (o al menos desde que alguien decidió que siete eran las maravillas del mundo). En un día en que los astros parecían haberse alineado (o tal vez desalineado, quién sabe), este gesto no pasó desapercibido para los aficionados, quienes se preguntaban si estaban ante un simple acto de fe o ante la inauguración de un nuevo ritual futbolístico.

Desde el pitido inicial, el Ibiza jugó como embrujado, con una energía y un entusiasmo que no se veían desde… bueno, desde la última vez que ganaron. Cedric, aunque no anotó, corrió por el campo como si estuviera persiguiendo a un duende que solo él podía ver, dejando claro que lo suyo no era solo jugar al fútbol, sino hacerlo con una pasión casi sobrenatural. Al final, el marcador mostró un 4-3 a favor de los de Romo, un resultado que muchos atribuyen no solo a la estrategia y al esfuerzo, sino también a un cierto aire de magia que flotaba, sospechosamente, alrededor del número 7.

¿Hechizo o coincidencia?
La victoria ha despertado en Ibiza una nueva superstición: la fe en el poder del número 7. En los bares, en las calles y en los campos de entrenamiento, todos murmuran sobre el “Efecto Cedric” y su camiseta afortunada. ¿Se convertirá ahora el vestuario del equipo en un santuario de amuletos, talismanes y encantamientos? ¿Veremos a los jugadores entrando al campo saltando con el pie derecho, llevando hierbas mágicas en las medias o evitando pasar debajo de las escaleras del estadio?

Lo que sí es seguro es que Ibiza y la UD Ibiza celebran hoy una victoria que, más allá de las tácticas y el sudor, lleva consigo un halo de misterio y diversión. En un mundo donde el fútbol a veces se toma demasiado en serio, recordar que un poco de magia (aunque sea en forma de supersticiones) puede hacer más llevaderos los malos ratos, y mucho más dulces las victorias.

Así que, ya sea por arte de magia, por intervención divina o por el simple talento de sus jugadores, Ibiza ha vuelto a encontrar el camino hacia el triunfo. ¿Será el principio de una racha encantada? Solo el tiempo, y quizás algún que otro hechizo, lo dirá.

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